De religión y política
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La opinión de Ángel Santiago Ramos (13/3/2025)
León
Dos procuradores regionales de Vox, Javier Tiera y Ana Rosa Hernando, demandan un espacio dentro de la sede de las Cortes destinado a la oración. Hace falta estar viviendo en la mismísima calle de la perdición para pedir este remedio en Valladolid, la tercera ciudad española con mayor número de templos católicos, 57 para ser exactos.
Entre los idearios ultras de Vox, muy influenciado por la organización de origen mejicano Yunke, está el tener a Satanás entre ceja y ceja, pero estos dos semi-expulsados del partido van demasiado lejos con la plegaria.
Frente a las continuas barbaridades contra los seres humanos que propone el partido político al que aún pertenecen Tiera y Hernando, esta petición pide a gritos que alguien le busque un refugio temporal (o, perpetuo) en algún monasterio de la Comunidad. Para su ruina, que no descarten Belorado.
En León, de momento no tenemos políticos que no les baste con la oferta templos que tienen a su alcance. Sí que se observa algún que otro vuelo de arcángeles paganos en el actual proceso de primarias que están celebrando estos días los socialistas leoneses.
Salvo sorpresas, Diego Moreno y su valedor recogerán el fruto de una previsible derrota en las votaciones del próximo domingo. Si así fuera, el futuro del alcalde en el partido de la rosa se puede ir tiñendo de púrpura como refugio donde conservar un escaño municipal y por ende una nómina
Lo de Javier Cendón es otra cosa. Mientras le dure la tutela del padrinazgo podrá seguir gobernando a su grupo de fieles que orgánicamente le están dando las últimas victorias.
Alguien le enseñó a navegar en la política de bajura y desde entonces sigue la máxima que practica desde hace cientos de años la diplomacia británica que dice no tener principios constantes, sino intereses constantes.
Frente al humo leonesista, aireado desde hace cinco años con recursos de dinero público desde la alcaldía nacional-socialista de la capital, de nada le ha servido el consejo británico. Ahora los socialistas leoneses tienen un partido desnortado y con una militancia que no sabe ni que bandera levantar.
A la vuelta de la esquina aguardan unas las elecciones regionales en las que los ciudadanos nos jugaremos de nuevo seguir o no hasta alcanzar el medio siglo gobernados por los mismos.