La palentina Sonia Lalanda, una de las cabezas visibles del grupo de cargos que exige una refundación de Vox
Envian una carta al presidente del partido se denuncia la mala gestión del Comité Ejecutivo Nacional
Sonia Lalanda, tercera por la izquierda / Radio Palencia
Palencia
Una grupo de cargos está exigiendo a Abascal una refundación de Vox. Este es el titular que trascendió tras la celebración hace unos días de este grupo de díscolos que ponen en la picota la gestión del presidente del partido y del Comité Ejecutivo Nacional que nombró el propio líder nacional de la formación al que cada vez le salen más críticos.
En ese grupo está la portavoz de VOX en el Ayuntamiento de Palencia, Sonia Lalanda. Del encuentro salió 'La Declaración de Barajas' y esa declaración ha tenido continuidad con el envío de una carta a Santiago Abascal.
Reclaman "el regreso de VOX a los principios inspiradores de su creación y su Manifiesto Fundacional guía ideológica de sus principios, valores y gestión para hacer de VOX un instrumento al servicio de España. También exigencia de responsabilidad de Santiago Abascal como presidente de VOX, así como del CEN nombrado por él, sobre su mala gestión organizativa, sobre las decisiones adoptadas de ruptura de los Gobiernos autonómicos, sobre el posicionamiento internacional en Patriots y sobre las malas praxis económicas".
Plantean "la refundación de VOX, previa apertura para el regreso de todos los purgados, represaliados y quienes lo “abandonaron” en silencio, y convocatoria de un Congreso para aprobar nuevos estatutos democráticos que doten a VOX de una estructura organizativa participativa y potente, capaz de diseñar proyectos y estrategias para convertir a VOX en un partido con vocación de Gobierno al servicio de España. Confiamos en tener respuesta, pero de no ser así y como el asunto es lo suficientemente importante como para no perpetuarse en el tiempo, transcurridos 10 días interpretaríamos que la contestación tácita es una negativa", concluye la carta.
Recordemos que la palentina Sonia Lalanda fue objeto de un expediente que se saldó con seis meses de suspensión de militancia, medida que no ha tenido ninguna repercusión en el ámbito municipal.
