Los veterinarios protestan contra las restricciones en la prescripción de medicamentos
Exigen modificaciones en la normativa para que se reconozca su criterio profesional y se garantice una atención adecuada a los animales sin barreras burocráticas innecesarias
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Concentración del sector veterinario en la Plaza Mayor de Aranda / Vicente Herrero
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Aranda de Duero
El sector veterinario se adhiere a la protesta convocada para hoy en defensa de la dignidad profesional de los veterinarios clínicos y del bienestar animal. La movilización responde a la entrada en vigor del Real Decreto que regula la distribución, prescripción y uso de medicamentos, y que, según los profesionales del sector, impone restricciones desproporcionadas que afectan tanto a la salud de los animales como a labor que ejercen estos profesionales.
La mayor parte de las clínicas veterinarias de Aranda decidían parar esta mañana una hora, de once a doce, y escenificar su protesta con una pequeña concentración en la Plaza Mayor.
Motivos del parón
Uno de los principales puntos de conflicto es la limitación en la prescripción de antibióticos para animales de compañía, una medida que en teoría tiene por objeto evitar el uso indiscriminado, que es la principal causa del aumento de la resistencia bacteriana frente a estos medicamentos. Los veterinarios denuncian que estas limitaciones legales les impiden actuar con la flexibilidad necesaria según el diagnóstico y las necesidades clínicas de cada paciente. “Lo que queremos que se utilice bien y que la gente no siga viniendo a las clínicas pidiendo un antibiótico porque hay un gato en la calle que está malo”, comenta Claret Miguel, que explica que estas medidas, mal articuladas, pueden producir justo el efecto contrario. “No nos dejan dar el tratamiento a nuestro criterio: nosotros cuando necesitas 8 pastillas te damos ocho pastillas, pero esto nos obliga a extender una receta cuando las medicaciones veterinarias vienen en envases de 100, entonces ¿qué hacen con esos 100 comprimidos so solo necesita ocho?, pues mala gestión”, lamenta esta profesional.
Además, señalan que el impacto de estos medicamentos en la lucha contra la resistencia a los antibióticos es mínimo. Según datos del sector, los antibióticos destinados a animales de compañía representan solo el 0,08% del mercado farmacéutico total, lo que evidencia la desmesura de estas medidas.
Otro de los puntos críticos es la implantación de un sistema que obliga a registrar cada prescripción de antibióticos, lo que, según los veterinarios, genera una carga burocrática excesiva que dificulta la atención rápida y adecuada a los animales. Denuncian que este sistema genera retrasos en tratamientos críticos y supone una barrera innecesaria para el ejercicio profesional.
Régimen sancionador
También critican un régimen sancionador que consideran desproporcionado y que penaliza a los profesionales en lugar de mejorar el control del uso de estos medicamentos. Toda esta serie de medidas ha logrado unir a un sector que en condiciones normales no tiene desarrollada una conciencia de colectivo profesional. “Y sobre todo es que además en el resto de Europa los veterinarios sí pueden hacer cosas que nosotros no podemos hacer, con lo cual tenemos más obligaciones y menos derechos que compañeros de Portugal o Francia; el vaso se ha colmado y por fin nos hemos unido después de tantos años, porque somos un colectivo que básicamente nos metemos en nuestro micro mundo, nuestra clínica, día tras día, hora tras hora, y ya está bien; vamos a ir hasta el final”, advierte Ander Ciganda.
Por último, otra de sus reivindicaciones es un IVA reducido para los servicios sanitarios, entendiendo que no es justo que paguen el 21%, como si fuera un servicio de lujo.