De vender enciclopedias en Algeciras a crear una galería de arte de referencia en Aranda de Duero
Descubrimos la desconocida juventud, experimentada vida, y asombrosa evolución de Rodrigo Juarranz, un enamorado del arte que pone a la ciudad en el mapa por todo el mundo
De vender enciclopedias en Algeciras a crear una galería de referencia en Aranda de Duero
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Aranda de Duero
“Gustábamos en casa de exponer, coleccionar y guardar para nuestra intimidad los dibujos y pinturas que íbamos haciendo en nuestra infancia, juventud o madurez. De ello se encargaba nuestra madre que era experta por devoción y dedicación continuada en decorar los espacios y las paredes de la casa con los trabajos plásticos de cada uno de nosotros y de ella misma. Quizá esto ayudó a nuestro interés por las artes. En nuestro pueblo, quizá esto también ayudó, sabíamos unos cuantos de la existencia pasada de un pintor de prestigio más universal que local, Fermín Aguayo. Descubrimos también que sus cuadros eran propiedad de un galerista parisino que había mantenido en los años más duros a nuestro pintor universal. Sí, así fue, así es y así será. Los artistas viven una relación simbiótica con los galeristas que promocionan, difunden, exponen, defienden y protegen los intereses de aquellos. Y sabemos que es muy difícil, casi imposible, tanto que pudiera interpretarse con un sueño del deseo, que existan galerías de arte en lugares alejados de las villas y de las cortes. ¿Quién promocionará y ayudará entonces a nuestros artistas más cercanos?
Afortunadamente siempre existen honrosas excepciones como la que representa nuestro acompañante en el recorrido de este ‘Viaje por la memoria’ de hoy que ha sido capaz de abrir, mantener y asegurar un futuro a una galería de arte en Aranda de Duero, en nuestra Castilla rural. Descubrimos hoy los recuerdos de un amante del arte y del bien hacer en su defensa, promoción y exposición. Con mucho interés y atención nos encontramos ahora con la historia más personal de Rodrigo Juarranz”.
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Un pasado rockero
Quienes conocen a Juarranz se sorprenderán con sus fotos, y sobre todo su pasado, marcado por el rock. "Era un poco tarambaina de joven. Llevaba chupa llena de pinchos y parches. El prototipo de Heavy, y a mucha honra. Después de meterme en derecho y dejarlo, me fui a trabajar fuera a vender enciclopedias a Algeciras, donde pasé hambre. Fue muy duro, un escarmiento y un aprendizaje de vida. Y de si algo me arrepiento, es de no recordar el nombre del lugar en el que ya sin nada, me invitaron a comer un plato de sopa y un filete con patatas, para volver y agradecérselo. Cuando regresé a casa, modifiqué mi outfit, y mi madre, con mucha paciencia, me ayudó a poner los pies en la tierra", comenta Rodrigo. Su padre, mientras, catedrático de historia y geografía, confiesa estudió alrededor del Guernica para darle una nueva interpretación, vinculándolo a un retrato de familia.
Juarranz es arandino, aunque vivió parte de su juventud en Madrid. Allí, en su casa, tocaba la batería -aunque no demasiado bien-. "Uno de los vecinos llegó a quitar los fusibles para que paráramos. Hacíamos el heavy más duro y malo", ríe. La familia lo es todo para él. Siempre ha estado ligada al emprendimiento. Uno de sus abuelos fue de hecho el creador de la trilladora. "La fabricaban en Aranda, en un antiguo molino. Era una persona que pensaba mucho y razonaba fantásticamente", comenta. Eso por un lado. Por otro, está la creación del las Galerías Isilla, y de otras dos a mayores que también fueron propiedad de su familia. "Mi abuelo lo ideó pero tuvo que pedir préstamo y lo fue pagando con el alquiler de varios locales. Vio que era una época de galerías en las ciudades, y que eso teníamos que traerlo a Aranda", añade.
Leonor, su otra mitad
Pero si hablamos de familia, está la otra parte de Rodrigo, que es su mujer Leonor. Con ella también tiene una historia para contar. "Era compañera mía de clase. Fue la primera chica que besé. Ella me dejó. Puse en mi chaleco de heavy Leonor. El caso es que al cabo de muchos años, sin haber inaugurado aún la galería, nos reencontramos en la feria de Estampa. Le invité a la inauguración y no vino, lo hizo más tarde. Pero ahí nos dimos nuestro segundo beso, y nuestra segunda oportunidad. Tenemos una familia maravillosa y dos niñas preciosas que no me pueden hacer más feliz. Es verdad que nuestro domicilio principal está en Madrid, y mi mujer trabaja en Toledo. Pero el tiempo que pasamos todos juntos, es de calidad", detalla.
Y aunque no sea familia de sangre, su otra familia está con Lorena Bodas, amiga y socia, con la que comparte un híbrido que además del arte también conlleva la promoción cultural: Al Contar del Arte. Ella es quien, bajo petición de cualquier curioso, abre también las puertas de la galería.
Su relación con el arte
Precisamente de arte, y de lo mucho que sabe de él, ha hablado Rodrigo. De joven sus padres le llevaban a diversos museos. "Llega un momento en el que ellos se hicieron con una galería de arte, y con 13 años me gasté en un Saura 130.000 pesetas. Un Saura que aún poseo. Me hizo mucha ilusión, y ahí comentó mi vinculación. Y luego trabajaba de forma esporádica en ferias. Cuando acabé la carrera, ya decidí dedicarme al arte", refleja. "Nunca he estado solo, siempre he tenido apoyo, y quería que se convirtiera en un punto de parada para el arte contemporáneo. Aquí soy cabeza de ratón, en Madrid cola de león. Y cuando sales fuera, ves galerías de otras ciudades, pero ¿quién tiene galería en Aranda de Duero? Nosotros viajamos por todo el mundo, y tenemos la fea costumbre de comer tres veces al día. Fuera de España estamos más reconocidos. No tenemos una línea definida, eso hace que encontremos artistas en el camino o que se nos ofrezcan y encajen. Es un trabajo difícil, porque no todo el mundo está dispuesto a rascarse el bolsillo para comprar obras de arte. Pero el lugar del que provienes no es tan importante, sino tu trabajo, el valor que generas, el trato, y el proyecto que llevas", comenta, detallando las posiciones privilegiadas que han obtenido, pero también las obras de arte y los compradores más especiales que ha tenido.
Rodrigo es la prueba de que en la vida, cada uno encuentra su lugar, donde ser, y en el que estar feliz. El tiene su historia para Contar... con el Arte como bandera.
La charla al completo en nuestro Viaje por la Memoria con Ausen Frutos y Valentín García puede reproducirse en el audio superior.
Jorge Alvarado
Periodista. Responsable Digital de la SER en Aranda. Presentador de Hoy por Hoy Peñafiel y El Banquillo...