“En el momento en el que no haces lo que se te impone, surgen los gritos, las faltas de respeto y las desautorizaciones”
María de las Viñas Ortuño explica en un documento complementario al de su renuncia los ataques personales, coacciones y ninguneos de que ha sido objeto por parte del alcalde y otros miembros del equipo de gobierno y que han motivado su marcha tras sufrir varios ataques de ansiedad
Aranda de Duero
María de las Viñas Ortuño no está dispuesta a que se imponga el relato de quienes quieren pasar página cuanto antes de la crisis abierta en el seno del equipo municipal de gobierno. Porque no ha sido un episodio indoloro y aséptico, sino que viene doliendo desde hace semanas. Así queda de manifiesto en el documento complementario al de su renuncia que acaba de presentar oficialmente en el registro del Ayuntamiento de Aranda y al que ha tenido acceso la Cadena SER, en el que detalla varios episodios de confrontación con el alcalde y otros miembros del equipo de gobierno, cuyo relato la pone en la diana de ataques verbales, intentos de coacción, ocultamiento de información cuando no directamente de engaños, y en algunos casos en reuniones públicas, con la presencia de trabajadores y trabajadoras municipales. De hecho alguna funcionaria de alto rango también es señalada por el escrito de María de las Viñas Ortuño como parte activa en alguno de estos episodios, varios de los cuales abandonó con un ataque de ansiedad.
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En el centro de todos ellos está la acusación, tanto por parte de miembros del equipo de gobierno como por parte de alguna funcionaria de alto nivel, de no plegarse a sus peticiones para contratar determinado personal, pese a las explicaciones de Ortuño sobre la necesidad de someterse a la normativa sobre contratación pública, la necesidad de contar con la aquiescencia de las mesas negociadoras o la petición de paciencia sobre procesos ya en marcha.
El relato, en seis folios
El relato, desarrollado a lo largo de seis folios, comienza con una reunión a finales de noviembre, en la que la exigencia de una contratación que un miembro del equipo de gobierno considera no atendida, provoca el primero de los incidentes en el que se ve involucrado también el propio alcalde, y del que son testigos otros miembros del equipo de gobierno.
El germen del siguiente conflicto es la toma de decisiones que afectan directamente a su concejalía sin consultarla ni informarla por parte del alcalde, otros concejales del equipo de gobierno y la tesorera municipal, que no cuentan con ella, por ejemplo, para crear la plaza de viceinterventor como solución a la baja de la interventora. Ortuño es requerida para plasmar su firma en un acuerdo del que discrepa, porque considera que es la tesorera quien debe hacerse cargo de estas competencias durante la baja de su compañera. Y precisamente serán los desacuerdos con la tesorera los que provocan sucesivos incidentes, primero al solicitar el alcalde a Ortuño que se disculpe con la funcionaria por haber manifestado en una mesa de negociación estar en desacuerdo con convertir cinco plazas de tesorería en funcionariado como pedía la tesorera. Una exigencia a la que la concejala no se pliega por considerar que no hay motivo para pedir perdón, lo que provoca que el alcalde le cuelgue el teléfono tras elevar el tono de la conversación.
“Soy el alcalde y me estás desobedeciendo por cuarta vez”
Este mismo asunto desata el episodio de mayor virulencia según el relato de Ortuño, en una reunión celebrada el 15 de diciembre en la que están presentes todos los miembros del equipo de gobierno a excepción del concejal de Asuntos Sociales, y la de Deportes, que está de forma telemática. Ortuño recibe en primer lugar las acusaciones de mal trato y mala gestión por parte de la tesorera y la exigencia del alcalde de que se calle cuando va a explicar su posición. La concejala decide abandonar la reunión en este punto, ante el disgusto de Antonio Linaje, quien, según el mismo relato, la sigue para exigirla que se quede con voces y expresiones como “soy el alcalde y me estás desobedeciendo por cuarta vez” o "no sabes lo que es la empatía porque no la tienes". Todo ello pese a las reiteradas súplicas de la concejala que insiste en querer marcharse. Ortuño llega a coger el abrigo y abandonar corriendo el lugar, cambiando de itinerario para volver a su casa con miedo al escuchar al alcalde que iba a acompañarla en este camino.
A partir de ese momento y dada la situación emocional y personal en la que queda, Ortuño deja de acudir a las comisiones y reuniones, con excepción del pleno de finales de diciembre, por responsabilidad hacia los ciudadanos. La exconcejala ha sido conocedora de que en ese tiempo, sin que ella lo supiera, concejales como el de Hacienda, la de Obras y el propio alcalde van preparando, sin informarla ni consultarla, un organigrama paralelo para que otras personas se hagan cargo de sus competencias y de las de su departamento. Un proceso que culmina la pasada semana comunicándole que la liberan de ser portavoz del equipo de gobierno para que tenga más tiempo para la RPT. Es la gota que colma el vaso de un proceso en el que, como la propia afectada resume al final de su escrito, “en el momento en el que no haces lo que se te impone, surgen los gritos, las faltas de respeto y las desautorizaciones ante funcionarios públicos”.
A este relato hay que añadir la sensación de indefensión que refleja su autora en varios de los episodios vividos, subrayando que en ningún momento ninguno de los compañeros del equipo de gobierno que presenciaron estos incidentes se pronunciaron, la ayudaron o salieron en su defensa.
Hora 14 Aranda
Elena Lastra
Redactora jefe de la Cadena SER en Aranda y presentadora de 'Hoy por Hoy Aranda'