260 investigadores rechazan los planes eólicos en la Sierra de Gistredo y Alto Sil, hábitats de los últimos urogallos de la Cordillera Cantábrica
Se suman a las opiniones contrarias desde las distintas instituciones académicas de España y de otros países a los planes de REPSOL, que pretende instalar tres polígonos eólicos en la Sierra de Gistredo y áreas aledañas del Alto Sil leonés
Ponferrada
Los planes de la petrolera REPSOL para instalar tres grandes complejos eólicos en una de las zonas montañosas del noroeste leonés con mayor grado de biodiversidad han recibido el rechazo de más de 260 científicos, muchos de los cuales llevan varias décadas dedicadas al estudio de la ecología, la demografía y el comportamiento de especies amenazadas en el ámbito de la Cordillera Cantábrica, como el oso pardo y el urogallo cantábrico, dos de las especies que verían amenazados sus hábitats con estos proyectos, ambas catalogadas en la categoría de peligro de extinción.
El Alto Sil leonés es una de las zonas mejor conservadas y menos humanizadas de la península Ibérica y atesora una enorme diversidad biológica, contando con especies, además de osos y urogallos, como el picamaderos negro, la perdiz pardilla, el águila real, el roquero rojo, la marta, el lobo, el desmán ibérico, y la liebre de piornal, entre muchas otras, algunas de las cuales son endemismos ibéricos, otras son especies clave y varias de ellas se encuentran amenazadas a nivel regional o global.
La implantación de polígonos eólicos en el noroeste leonés supondría una pérdida irreversible de hábitat para muchas de esas especies amenazadas, y una alteración definitiva de uno de los paisajes montañosos mejor conservados de nuestro país.
Los planes de REPSOL pasan por la instalación de tres complejos con más de 40 aerogeneradores y sus estructuras auxiliares -viales de acceso y mantenimiento, redes de evacuación, subestaciones eléctricas- en la Sierra de Gistredo y áreas aledañas, todo ello en área de distribución de oso pardo y urogallo (especie de la que actualmente quedan menos de 200 ejemplares) que son zonas limítrofes con los lugares de Red Natura 2000 del Alto Sil, Omaña y Ancares.
La Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica ha impulsado y conducido este manifiesto al que se han adherido más de dos centenares de científicos de toda España y de otras procedencias (Suiza, Reino Unido, USA, Japón, Italia, Polonia, Alemania y Portugal), en su convicción de que la transición energética no debe comprometer nunca el patrimonio natural de la Cordillera Cantábrica ni el de otros territorios.