Subir a clase en la espalda de su madre: los problemas por la falta de atención a la discapacidad en las aulas
Tal y como advirtieron las familias, los profesores y los sindicatos, la falta de ayudantes técnicos educativos (ATES) comienza a generar problemas graves al alumnado
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Eva, la madre de Tomás, denuncia la situación que vive su hijo por la ausencia de su ayudante técnico educativo
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Tomás tiene 19 años y una discapacidad ocasionada por una ileostomía, es decir, una abertura en el abdomen creada quirúrgicamente para la evacuación de desechos corporales. Por ello necesita de la figura del ATE, se desplaza en silla de ruedas y necesita acudir cada dos horas al baño para poder mantener la zona limpia y en ocasiones para sondarse. Son tareas que no puede hacer por su cuenta, ya que no puede realizarlas de la manera correcta para evitar ocasionarse graves infecciones.
Hasta el curso pasado contaba con su ayudante técnico educativo, pero este año, tras más de un mes de clases en el Instituto de la Merced en Valladolid, no se ha incorporado. Hasta ahora esto había supuesto heridas y retrasos a la hora de llegar a sus clases, ya que lo que este profesional solucionaba en 10 minutos ahora le supone mucho más tiempo y daños en las ruedas de su silla, ya que está solo y el baño no está adaptado.
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Hace unos días su madre, Eva, denunciaba en los micrófonos de la Cadena SER, las repercusiones educativas y sanitarias que estaban teniendo, y avisaba que el escenario podría empeorar. No han tenido que pasar ni 48 horas para que este vaticinio se cumpliera. Con la llegada del temporal provocado por los coletazos del huracán Kirk que, ya como borrasca, ha dejado rachas de viento de hasta 120 kilómetros por hora, el centro se ha quedado sin luz en varios momentos, lo que ha generado un problema para Tomás.
Los cortes han impedido que usara el ascensor para bajar hasta el aseo, ya que si el corte de luz paraba el ascensor, se encontraría solo durante un periodo de tiempo indefinido y con la necesidad de sondarse.
La solución del centro ante la falta de un ayudante que pudiera asistir a Tomás ha sido llamar a su madre para llevarlo a casa, ya que no podían garantizar su cuidado. Eva defiende que la solución no es mandarlo a casa por no disponer de los medios que la Junta de Castilla y León debería facilitar, y para evitar que perdiera la jornada escolar, lo ha subido ella misma en su espalda mientras otros 4 profesores se ocupaban de las pertenencias de Eva y Tomás.
"En el instituto se va la luz cada dos por tres, le he ido a buscar, estaba super nervioso, le he cogido a mis espaldas y el resto han llevado la mochila, la cazadora y la silla de ruedas, estamos hablando de la salud de una persona, si se hubiera quedado atrapado dos horas en el ascensor en su hora de sondarse ¿qué hace?"
Cinco personas han sido necesarias para suplir la función de un profesional que es imprescindible.
No es el único caso
Laura Jódar, la madre de Noa, la niña con síndrome 5 P- del Tierno Galván, corrobora estos problemas. En su caso, a pesar de que tiene reconocido el ATE, en el centro ni está ni se le espera. Así que son los profesores, la tutora o los PT, los pedagogos terapéuticos, los que ayudan a la pequeña.
Pero es una solución provisional que dependen de la buena voluntad de estos profesionales: "Quien hace el trabajo del ATE son muchos profesionales del colegio: la PT la recibe y le ayuda a subir las escaleras antes de que entren el resto de alumnos; si necesita ir al baño, la tutora o la profesora de inglés o de música, la acompañan, sin que sea su función. Y luego siempre hay una persona pendiente de ella durante el recreo. todo esto debería hacerlo el ATE".
Laura advierte de la incertidumbre que rodea se caso, ya que los profesionales podrían negarse a hacerlo: "Estaría en su derecho... incluso qué pasará con las excursiones, no lo sé; creo que alguien se ofrecerá as cambiarla si se hace pipí o caca, pero no tiene por qué porque no es su función".