La Cofradía de la Virgen de las Viñas sigue esperando la declaración de santuario para la ermita
La tramitación de este reconocimiento se está encontrando con dificultades en el arzobispado al no ser un edificio de titularidad eclesial
Javier Nebreda, presidente de la Cofradía de la Virgen de las Viñas de Aranda, repasa los asuntos en los que trabaja la entidad religiosa
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Aranda de Duero
Un año más la Cofradía de la Virgen de las Viñas ha sido la responsable de que la imagen de la patrona de Aranda y su ermita hayan brillado con todos los ojos puestos en ellas durante la mañana del Día de la Función. Es la labor más visible, pero ni mucho menos la única de las que lleva a cabo a lo largo de todo el año, en la que los cofrades se encargan con mimo del mantenimiento del templo, el cuidado de la patrona y el fomento de su devoción entre los fieles arandinos y ribereños. Una tarea de la que está especialmente pendiente el presidente de la Cofradía, Javier Nebreda, que ha repasado cómo ha sido la participación de la Cofradía en estas fiestas patronales, una vez pasados los días más intensos del año en la ermita.
Nebreda ha mostrado su satisfacción por la devoción que un año más ha demostrado del pueblo de Aranda a su patrona durante los días de fiesta y las jornadas previas. "Hay quien dice que en la novena ha habido algo menos de gente, pero yo lo que he visto es que han acudido más personas a la procesión de este domingo." Una procesión en la que la Cofradía ha ensayado otro ritmo para agilizar el paso de la comitiva y evitar los parones. Aunque en principio el paseo de la Virgen por el parque bajo su ermita ha ganado en fluidez, el presidente de la Cofradía apunta que es necesario ajustar algunos pequeños fallos, como la separación en la comitiva que se produjo al final de la procesión, que dejó atrás a la Banda Municipal de Música, por lo que la entrada de la imagen al templo no contó en esta ocasión con los sones del himno nacional. "Al año que viene se intentará corregir, pero a nosotros nos preocuparía más si no se cantara la salve o el Orfeón arandino no pudiera entonar el himno a la Virgen" explica Nebreda. También ha justificado la tardanza en el tradicional repique de campanas en un despiste de la ermitaña, a la que el presidente de la Cofradía reconoce que estos días "la volvemos loca entre todos".
Problemas para la declaración de la ermita como santuario
Lo que parece haberse encontrado con un escollo de difícil resolución, al menos de momento, es la declaración como santuario de la ermita de la Virgen de las Viñas. Pese a contar con todos los requisitos exigidos por la normativa canónica, el Arzobispado de Burgos sigue mostrando sus reticencias a tramitar la declaración como santuario al no ser el templo de titularidad eclesial, ya que es propiedad de Ayuntamiento de Aranda. Los responsables diocesanos recelan del uso que pueda darse a lo largo del tiempo a un lugar sacro que no está bajo su control directo. "En el arzobispado lo tienen retenido por la propiedad del Santuario: como es una cesión de uso y no es una cesión total ponen esa traba, cuando los requisito que nos exigían para que la ermita fuera declarada santuario los cumplimos todos" lamenta Nebreda, que no comprende que este factor suponga un inconveniente dado que el ayuntamiento cedió gratuitamente a la Cofradía el uso de la ermita por 50 años.
Nebreda lamenta estas trabas, porque considera que no deberían ser la causa de una negativa como la que están recibiendo. No entiende en qué interfiere la naturaleza de la propiedad en la declaración eclesial, cuando el uso del templo está garantizado durante el próximo medio. Y añade que ,una vez que acabe la cesión de uso del templo, si el titular del edificio quiere dedicarlo a otros menesteres ajenos al culto, la iglesia tiene capacidad para desacralizarlo.
Restauración del Cristo
La buena noticia que a Cofradía está a punto de hacer pública es la restauración integral de la imagen del Santo Cristo de San Lorenzo, una talla que concita mucha devoción ya que puede contemplarse en todo momento desde el exterior de la ermita gracias a un gran ventanal enrejado con el que cuenta la capilla del lateral de la ermita en la que se encuentra. La talla procede de la desaparecida ermita del Cristo, que en su momento estaba en la actual plaza de la Constitución. Cuando el templo se hundió, la imagen fue arrinconada en un almacén municipal hasta que fue recuperado para su exposición en la ermita de la Virgen.
La talla tenía multitud de deficiencias y daños, por la acción de insectos xilófagos pero también por los estragos de alguna mala restauración anterior, alguna de las cuales se remonta al siglo XVII. El repinte de la imagen en ese momento ha recubierto de tal manera la imagen que ahora ha sido imposible recuperar en su totalidad la policromía original. Aún así Javier Nebreda está satisfecho del resultado, casi acabado, de la actual intervención restauradora.
La Cofradía esperará esta semana festiva para volver a colocar el Cristo en su lugar habitual durante los últimos días del mes de septiembre.