El 'selfi' playero que puede salirte muy caro

Valladolid

La tentación está ahí. Tenemos la herramienta, la oportunidad y el móvil. Y valga el doble sentido. La puesta de sol en la playa, los pies en la orilla, los pequeñajos chapotenado en las olas. O, en un terreno menos bucólico, el mojito con las gotas de agua resbalando por la pared del vaso o la paella con vistas al mar desde el chiringuito. Todo queda muy bien en nuestros perfiles de redes sociales pero, a la vez, puede ser un altavoz perfecto que recuerda a los delincuentes que en casa no hay nadie. Eso, en el plano material. Porque alguna de las instantáneas descritas hasta ahora pueden acarrear otras consecuencias porque la difusión de imágenes de menores o de personas que no han dado su permiso expreso para formar parte de nuestra galería de fotos también va contra la ley.

Que nadie piense que vamos de tristes o amargados. El verano es para disfrutarlo y para inmortalizar algunos de esos momentos. Pero lo mejor es preservarlos para nuestros consumo propio. Es uno de los consejos que ha aportado el jefe del Grupo de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional en Valladolid, Víctor Panizo, en el último programa de la temporada de la sección 'Ciberseguros' que se emite en Hoy por Hoy. Panizo ha insistido en que, precisamente estas semanas son un buen momento para poder practicar la "desconexión digital" y poder, por ejemplo, dejar en silencio o incluso -si es posible- abandonar algunos de los grupos de los que formamos parte en las aplicaciones de mensajería instantánea.

Si en el mundo físico hay que prestar atención a señales ya conocidas, como marcas en las puertas de nuestras casas o la presencia de personas desconocidas cerca del inmueble, en el entorno virtual y digital también hay que considerar algunas precauciones.

La información personal nunca debe ser compartida

Hay ganas de playa, de montaña, y, sobre todo, de descansar. Pero anunciarlo en cualquier red social es el primer error. Un "Sanlúcar, allá voy" o "en dos días, con los míos en mi pueblo", aunque nos sirvan de desahogo, puede ser aprovechada por los delincuentes para saber cuál es el mejor momento para actuar. Panizo ha insistido en que la precaución de compartir este tipo de mensajes, de estados, sólo con el círculo de amigos, una opción que ofrecen muchas aplicaciones, tampoco es una garantía. Porque puede que esas personas no apliquen las mismas cautelas y, al final, nuestros planes vacacionales acaben siendo conocidos por quienes no deben saberlo.

A partir de ahí, el jefe del Grupo de Ciberdelincuencia ha sido muy claro sobre la difusión de determinadas imágenes. Las de menores, directamente, están prohibidas. Capturar el momento del primer baño de nuestro hijo, sobrino o nieto y compartirlo en una red social está prohibido. Y si, en ella, aparecen otras personas anónimas, podemos estar vulnerando derechos, como el que preserva la propia imagen. Lo más adecuado es que esos momentos queden sólo almacenados en la memoria del dispositivo para disfrutarlos en el futuro.

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También es fundamental evitar para las comunicaciones el uso de redes WIFI públicas. De las que hay en aeropuertos e instalaciones similares, que no suelen requerir de clave alguna, hay que evitarlas a toda costa. Y las que ofrecen lugares como hoteles deben ser usadas con mucha precaución ya que, como explica Panizo, "si bien necesitan de una clave, ésta suele ser sencilla" por lo que pide que el tráfico de datos que hagamos no incluya la realización de compras, el uso de nuestra banca 'online' o el acceso a nuestras cuentas de correo electrónico. Para todo eso, recalca el responsable policial, es mejor recurrir a los datos de la tarifa que tenemos contratada con nuestro operador.

Ojo a los cargadores y un consejo más

La pericia de los delincuentes se nutre, en no pocas ocasiones, de situaciones de necesidad o urgencia de sus potenciales víctimas. Y en el mundo hiperconectado ver cómo la 'barrita' que informa sobre la duración de nuestra batería va mermando, incrementa la ansiedad del propietario del dispositivo si no hay un cargador a mano. Y en este tipo de situaciones tenemos que evitar usar cualquier aparato que no sea de plena confianza. Panizo ha señalado que ya han conocido casos de individuos que ofrecen sus cargadores en lo que parece un acto de buena voluntad. Pero, en realidad, lo que sucede cuando nuestro teléfono o tableta vuelve a recuperar fuerzas es que gracias al trucaje electrónico, lo que parece un simple conector es, en el fondo, un artilugio diseñado para acceder a nuestros datos mientras el porcentaje de la pila va creciendo.

El jefe del Grupo de Ciberdelincuencia ha ofrecido un último consejo antes de las vacaciones: disfrutar de nuestro descanso, de nuestros familiares y amigos "sin tecnologías" para poder aprovechar esos momentos "al máximo y sin intermediarios digitales".