Un profesor de academia de Palencia se enfrenta a 5 años de prisión por hostigamiento y abuso sexual a una menor

Palencia

La Audiencia Provincial de Palencia juzga este lunes a un hombre, ex profesor de una academia de idiomas, por un doble delito, el primero de ellos por hostigamiento o acecho a una menor de 16 años y el segundo por abuso sexual a una de sus antiguas alumnas. Por el primero de los delitos el Ministerio Fiscal solicita para el acusado una pena de 12 meses de prisión y la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la menor, su domicilio, centro escolar o laboral o cualquier otro lugar donde se encuentre y comunicarse con ella de cualquier manera por otros 4 años. De manera subsidiaria, en caso de que los hechos fueran considerados como delito leve de coacciones continuadas, solicita la imposición de cuatro meses de multa, con una cuota diaria de 10 euros, con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago de aproximarse o comunicarse con la menor durante un período de 6 meses. Por el segundo de los delitos, el de abuso sexual, le pide una pena de 4 años de cárcel y la prohibición de acercarse a 200 metros o comunicarse con ella por otros 4 años. Igualmente, el acusado deberá indemnizar a la víctima con 2.500 euros por la situación de estrés y tensión provocados en la menor y que se han mantenido en el tiempo. Igualmente, el Fiscal solicita para el acusado el pago de las costas judiciales, incluidas las derivadas de la acusación particular.

Según se refleja en el escrito del Ministerio Fiscal el acusado, durante el curso escolar 2020/2021, impartía clases en una academia de Palencia haciéndose llamar por los alumnos como "Romeo", circunstancia que aprovechaba para intimar con sus alumnas, de sexo femenino, "haciéndoles preguntas personales, acercándose a ellas, tocándoles el brazo o el hombro de manera intencionada o el muslo, o pasando por detrás de ellas rozándole las nalgas haciéndose el despistado". Este tipo de actitudes las mantuvo con la víctima, nacida en 2007 a quien formulaba preguntas como si tenía novio, qué clase de chicos le gustaban o qué redes sociales utilizaba acercándose a ella más de lo normal, tocándola el hombre o el brazo y, en ocasiones las nalgas, todo lo cual incomodaba sobremanera a la niña. Llegando incluso a despedirse de ella en las vacaciones de navidad diciéndole "te voy a echar de menos, niña guapa, qué guapa estás hoy".

Tras ser despedido de la academia, el acusado siguió merodeando por los alrededores de esta a la hora del comienzo de la clase de la niña. Del mismo modo, merodeaba por el colegio en el que estudiaba coincidiendo con la hora de salida de las clases. Que, en esas ocasiones, se dirigía a ella preguntándole qué tal le iba respondiéndole la niña que bien y alejándose de él llegando en una de las ocasiones a decirle "déjame en paz y no me molestes más". También acudía a merodear a la academia donde la niña seguía actividades extraescolares.

Todo ello le ha provocado un estado de ansiedad y miedo que temía ir sola por la calle, alterando sus rutas habituales, cruzando semáforos en rojo a la carrera y solicitando la compañía de terceras personas, debido al estado de angustia que le provocaba el hecho de que el acusado pudiera estar vigilándola desde las inmediaciones lo que alteró también sus patrones de sueño y su rendimiento por lo que precisó, y sigue precisando, ayuda psicológica manteniendo todavía sintomatología de trastorno por estrés.