La Arandina gana pero acaba consumando su descenso a Tercera RFEF

Aranda de Duero

Dicen que la alegría dura poco en casa del pobre y eso se podría aplicar a una Arandina que, si hace apenas un año festejaba un ascenso idílico a Segunda RFEF sin perder ni un solo partido, ahora retorna a la categoría de la que subió. Lo hizo matemáticamente tras ganar su cuarto partido consecutivo -esta vez frente al Marino de Luanco- en el Juan Carlos Higuero, pero no se produjo el milagro en Torrelavega o Vilalba. El Guijuelo, ya con el playoff bajo el brazo, sucumbió en Torrelavega (3-1), por lo que la única alternativa de salvarse (el playout) queda descartada para el cuadro de Álex Izquierdo.

No ha sido una temporada fácil, y quizá, pese a que ha habido errores propios que han propiciado esta pérdida de categoría, también hubo muchos partidos donde los argumentos fueron suficientes para sumar de tres, pero la falta de eficacia ha penalizado a un equipo que, estando desahuciado, ha llegado con vida a la penúltima jornada. Bastante es.

En lo referente al partido, una Arandina bien plantada, ofensiva, que pronto encontró el gol en los pies de Kevin. Los locales siguieron generando ocasiones, pero el cuadro asturiano respondió con un gol desde la frontal. 1-1 y noticias de Torrelavega con el 2-0. Por delante 15’ de un partido contensión, pero sin muchas ocasiones claras.

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Orgullo hasta el final

En la reanudación el Marino metió una marcha más en busca del partido, pero los blanquiazules estuvieron a punto de hacer el 2-1 en un remate de Javi Bueno tras una falta lateral. Y aunque los asturianos tuvieron una opción clara desde la frontal, la Arandina respondió ahora sí con el gol en una jugada trezada que remachó solo a las mallas Varona. 2-1, ahora sí.

A partir de ahí el escenario de un nuevo partido que dejó más ocasiones claras, sobre todo una de Adri Pérez que salió rozando el palo. El Marino se vino arriba, sin mucho que perder, pero sin eficacia. Izquierdo movió banquillo. Jugadores aclamados por su brega y esfuerzo. En muchos casos, un reconocimiento antes de la despedida. Y con buen aguante, final a la temporada en casa con 2-1, aunque pudo ampliarse la renta en varias llegadas, con Gonzalo en punta.

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La temporada toca su fin, de la forma que nadie quería, pero muriendo de pie y con el reloj descontando para cuando toque volver, esperemos que, de una vez por todas, para quedarse.