El acusado del crimen de las 55 puñaladas pide su absolución alegando discapacidad mental y drogodependencia desde los 13 años

León

Un jurado popular compuesto por doce personas se encargará de dictar veredicto en el juicio por el crimen de la calle Paraisín de Ponferrada, que acoge desde hoy la Audiencia provincial de León. Deberán decidir si el acusado, un joven que en el momento de los hechos tenía 30 años, es culpable o no de asesinar a otro hombre al que causó 55 heridas con distintos elementos punzantes. Es el delito que le imputa la Fiscalía -asesinato con el agravante de ensañamiento-, para lo que pide una pena de 23 años de prisión. La defensa, por su parte, solicita la libre absolución al alegar que concurren varios atenuantes y eximentes, como una discapacidad del 41% debido a un retraso mental, así como las capacidades cognitivas alteradas por el consumo de varias sustancias estupefacientes a las que el acusado lleva enganchado desde los 13 años, según su versión.

Los hechos ocurrieron en agosto de 2021, una tarde en la que ambos se encontraban en la casa del acusado. Siempre según la versión del autor confeso de los hechos, los dos habían estado consumiendo distintas sustancias estupefacientes, como cocaína o cannabis, además de psicofármacos, cervezas y orujo. En un momento dado, se inició una discusión entre los dos por un cuchillo y un destornillador que, según el acusado, la víctima le había sustraído y no quería devolver. A preguntas de su defensa (ya que no ha querido someterse al interrogatorio de la Fiscalía), ha argumentado también que no estaba de acuerdo con la propuesta de la víctima de ir a robar a un supermercado cercano para adquirir más droga. En ese momento, según el acusado, quiso echarle de su casa y, a partir de ahí, dice no recordar nada más. Su siguiente recuerdo es el de los agentes de la policía entrando en su cocina para detenerle mientras se estaba liando un porro.

En ese espacio de tiempo que asegura no recordar, el acusado infligió 55 heridas con distintos elementos cortantes tanto en su vivienda como en las escaleras del edificio y en el portal, dado que la víctima intentó huir a pesar de estar siendo sometido a una agresión que la Fiscalía califica de “brutal”. La muerte fue causada por una de esas heridas, la realizada con un destornillador de 40 centímetros, que le perforó un pulmón y le seccionó la aorta. El acusado ni siquiera depuso su actitud mientras los viandantes que pasaban por la calle le rogaban que parase desde el otro lado de la puerta. Uno de ellos, incluso, rompió el cristal de la puerta, momento en el que la víctima aprovechó para reptar hacia la calle y ser atendido por los servicios de emergencia. Murió al día siguiente en el Hospital del Bierzo.

Está previsto que el juicio se prolongue hasta el próximo 1 de febrero. Tras la declaración del acusado, pasarán por allí distintos testigos y peritos, entre ellos, el médico forense que le atendió tan solo 20 minutos después del suceso y que refleja en su informe que no percibió alteración alguna de las facultades cognitivas y volitivas del acusado.