La comarca de la Ribera del Duero (I)

Traigo a esta columna esta reflexión, rescatada de hace 15 años, de 2007. Y ahí estamos, sin haber avanzado nada.

Si hay algo natural es una comarca y si existe una estructura artificial es la provincia. Partiendo de este planteamiento tan claro no sería necesario buscar más motivos para conseguir una lista razonada de argumentos que exigiese una legislación a favor de la creación de cualquier comarca que lo pidiera. Ribera del Duero es una comarca natural unida por un gran río, una economía común, una historia salpicada de monumentos romanos, medievales y renacentistas.

Pero las fuerzas políticas o los políticos como particulares, a veces aceptan mal la fuerza de las razones y prefieren la fuerza de los intereses personales.

Izquierda Unida de Castilla León en su VIII Asamblea de la Federación (en mayo del año 2006), apostaba claramente por la comarcalización como uno de los ejes de su propuesta política para nuestra comunidad autónoma. Y lo hacía precisamente teniendo en cuenta la dispersión y el reducido número de habitantes que caracterizan a la inmensa mayoría de los 2.247 municipios de Castilla León, de entonces. Nada más y nada menos que el 27% de los existentes en España. Además, el 73% de estos municipios no superaban los 500 habitantes. Algunos dirán que ya existen las diputaciones que se encargan y realizan esa labor paterna de atención a nuestras poblaciones más pequeñas.

No olvidemos lo siguiente: la mayoría de los diputados provinciales son concejales o alcaldes de poblaciones grandes. El ejemplo de La Ribera es claro, de los tres representantes, dos lo son por el ayuntamiento de Aranda (en 2024 pasa lo mismo, qué casualidad, repito, esto lo escribí en 2007), y son estos los que van a gestionar los presupuestos y tomar decisiones sobre las políticas de saneamiento, de infraestructuras, de unos municipios que nada tienen que ver con aquellos que les eligieron. El propio presidente de la diputación es concejal por Burgos (igual que hoy). Algo no funciona y los concejales de las poblaciones pequeñas lo señalan y lo critican, eso sí, con la boca pequeña, por miedo a no conseguir las migajas correspondientes.

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En Castilla y León sólo está constituida la comarca de El Bierzo. La ahogan los políticos de León y de la Junta y el escaso presupuesto impide un mejor desarrollo. Pero a pesar de todo, tienen mejores servicios y más próximos que los ciudadanos de La Ribera: tienen campus universitario, un excelente hospital, conservatorio, centro asociado (no extensión) de la UNED, gestionan sus propias decisiones y hacen, dentro de lo que les dejan, lo que les apetece.

Nosotros también queremos ser comarca, La Ribera del Duero quiere la comarcalización para tener, por lo menos, lo que tienen en El Bierzo.