La afijada de Mañueco
La opinión de Ángel Santiago Ramos (30/11/2023)
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León
Los alcones están de moda en el entorno del presidente popular Núñez Feijóo. Quiere dirigentes con el gatillo verbal ligero de equipaje y directo para promover convulsión política. Para esa función tiene cualidades la diputada leonesa Ester Muñoz. Si alguien tiene dudas de su verbo, que busque en Google sus intervenciones como senadora.
Desde hoy, será la vicesecretaria de sanidad y educación en la ejecutiva nacional del PP. No es nueva en la sede de Génova, donde ya tuvo nómina. En su caída, alguien le regaló una plaza de asesora del presidente Mañueco, su penúltimo padrino político, que la nombró después delegada de su gobierno en León y le entregó la presidencia del partido. Hace años, pues, que Muñoz conoce y es corresponsable de las gestiones de la Junta en materias de sanidad y educación.
A todas luces esta Comunidad no es un modelo exportable, tampoco en estos servicios públicos. Y para muestra, algunos ejemplos. Una consulta de atención primaria no baja de los cuatro/cinco días de espera. Si es de un especialista, aumenta hasta más allá de los tres meses. Una prueba diagnóstica hospitalaria llega hasta los cien días. Y para una intervención quirúrgica la espera es superior a los doscientos días. Esta es la sanidad que pondera.
En materia de Educación, sin salir de nuestra provincia, el caos producido en el entorno de la Dirección Provincial de Educación es de dimensiones propias de un país subdesarrollado. La pelea de alcones locales, entre otros la propia Muñoz, retrasaron casi medio año el nombramiento de su director. Por cierto, la elección final ha situado a un negacionista en el cargo. Y entiendan lo de negacionista en todas sus dimensiones.
Lo diezmado de la plantilla de este organismo ha provocado, y lo sigue haciendo, incidencias graves en la gestión del personal docente del colectivo de interinos. Nombramientos a destiempo, errores de contratación y en el pago de las nóminas, bloqueo de la atención telefónica a los afectados. La lista de despropósitos es bastante más abultada y casi perpetua.
Y este es el libro de estilo que llevará Muñoz a la calle Génova.