Adiós Piccolo
La Firma de Elisa Docio
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Adiós Piccolo. La Firma de Elisa Docio
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Palencia
Recientemente cerró sus puertas la escuela infantil Piccolo después de cuarenta y un años dedicada a la población infantil. Se dice que nuestras primeras vivencias infantiles determinan en gran medida lo que será nuestra adultez. Si nos han atendido con cuidado y esmero se traslucirá en nuestra conducta personal y social y los recuerdos felices de la infancia nos darán un punto de vista sano para la vida.
Su gerente durante todo este tiempo, doña María José Hernando Cañas, conocida por los pequeños como Yoyé, puede estar satisfecha de haber regentado un centro en el que muchos palentinos, hoy de variadas edades, dieron sus primeros pasos escolares y de que lo recuerden con cariño, hasta por la calle le llaman la atención ¡Yoyé, Yoyé! Alumnos Piccolo satisfechos que volvieron para matricular a sus hijos, dos generaciones: papás Piccolo, hijos Piccolo. Solo con esto es suficiente para poner buena nota a esta pequeña empresa palentina que durante tantos años permaneció, evolucionó con los tiempos y facilitó a tantas mamás y papás la posibilidad de acudir a sus quehaceres con la tranquilidad de que sus preciadas criaturas quedaban seguras y bien atendidas.
Y es que, Piccolo nunca fue una guardería normal. No seguía el calendario escolar de vacaciones. No cerraba más que domingos y festivos, ni en verano ni en invierno. En jornada continua, desde las seis de la mañana hasta las ocho de la noche, niñas y niños entraban y salían en un desfile continuo de mamás y de papás que los entregaban y los recogían. Una guardería laboral que permitió a tantos padres trabajar sin tener que andar con la prole de un lado para otro en cada vacación escolar. Alumnos de cero a tres años durante todo el curso. Y, además, los mayorcitos, los de cinco a diez años encontraban un lugar lleno de actividades, con animadoras durante los meses de julio y agosto cuando cerraban sus colegios.
Pero todo llega a su fin en su debido momento. Los niños se escolarizan cada vez más pronto, la población menuda merma de forma preocupante, la competencia crece y llega la hora de jubilarse. Estuvo bien mientras duró, se suele decir.
Enhorabuena y agradecimiento a María José, Yoyé, por el buen servicio a la ciudad y haber cuidado tan bien a unos cuatro mil palentinitos durante todo este tiempo.