Los quioscos de Valladolid reclaman más ayuda para evitar su desaparición
Sobreviven algo menos de 40 en las calles y plazas de la ciudad
Valladolid
Un paquete de chicles. Un periódico. Una revista de autodefinidos. Un fascículo de alguna colección que nadie va a completar.. Pero también un cable cargador USB-C, un 'memory bank' o un soporte para sujetar el móvil. Los quioscos han tenido que reinventarse para poder sobrevivir tras el último golpe que les llegó en forma de pandemia. Un virus que ha agravado los síntomas de otra enfermedad que arrastraban: los cambios de hábitos en el consumo de prensa, su principal fuente de ingresos.
Todavía, claro, quedan fieles al papel. En los 35 minutos que hemos pasado en el negocio que regenta desde hace diez años Alejandro Pérez en la calle de las Angustias, frente al Teatro Calderón, ha despachado dos ejemplares de 'El Norte de Castilla'. De 'El País' le quedan cinco a las diez y media de la mañana. Pero tampoco han llegado muchos más. Los montones de diarios acumulados esperando comprador son también parte de la historia. Necesitan alternativas. Y esas pasan, en buena medida, por las otras dos transacciones que ha completado ambas relacionadas con la tarjeta bonobús para el transporte público. "Queremos tener más protagonismo en todo lo relacionado con la movilidad", explica Pérez, conocedor de las novedades que baraja el Ayuntamiento de Valladolid tras, por ejemplo, la implantación del nuevo sistema de alquiler de bicicletas.
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En las calles y plazas de la capital vallisoletana sobreviven 38 quioscos, pero un número similar ha cerrado en los últimos años. Ante el período electoral al que nos acercamos, los quiosqueros hacen un llamamiento a todos los partidos para que puedan tener mayor protagonismo en la vida de la ciudad y también para ampliar sus posibilidades comerciales, menores que las disponibles en los locales de prensa. "Podemos aportar incluso desde el punto de vista cultural y turístico", explica a los micrófonos de la SER mientras con el rabillo del ojo controla a los clientes que se acercan a la ventanilla por la que atiende al público.
Los quioscos de Valladolid sobreviven ante un futuro incierto
16:57
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Solos en el confinamiento
Reclaman, por ejemplo, que se pueda modificar su ubicación para adaptarse a los lugares con mayor afluencia de público. Si no se toman medidas, dice Alejandro Pérez, los cierres seguirán y añade que cada uno de ellos supone "la muerte de una parte de la historia de ciudad". También ha rememorado las semanas de confinamiento, cuando se declaró el primer estado de alarma, y los quioscos fueron reconocidos como negocios esenciales aunque, ha destacado "nadie se acordó de nosotros" y tuvieron que cubrir con medios propios las medidas de seguridad para garantizar su trabajo diario.
"De las gominolas saco tres céntimos", explica, y también apunta que el consumo de chucherías se ha desviado a las grandes superficies "donde hay menos calidad", remacha. Y con menos ingresos hay que buscar otras vías para cuadrar los números, como la venta de esos dispositivos electrónicos que repasábamos en el primer párrafo o los auriculares que ha utilizado durante la entrevista. Alejandro Pérez espera seguir con su puesto de observador privilegiado de lo que se mueve frente al espacio cultural más importante de Valladolid todo lo que pueda. De los 500 establecimientos de este tipo que llegó a haber en toda la provincia, sobreviven menos de la mitad.
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Mario Alejandre
Cuenta lo que pasa en Valladolid y en Castilla y León desde que se incorporó a la SER, en el verano...