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Sucesos

Hallan en Italia una talla robada hace 44 años en Astudillo

El Juzgado de Instrucción número 2 dicta una Euroorden para que la talla de San Lucas, de Gil de Siloé (siglo XVI), vuelva a la iglesia de Santa Eugenia · El robo de los cuatro evangelistas se produjo en la noche del 17 al 18 de julio de 1979

Imagen de Astudillo (Palencia) / Web municipal

Imagen de Astudillo (Palencia)

Palencia

Gracias a la pericia de la Unidad de Patrimonio Artístico-Histórico de la Guardia Civil, con sede en Madrid, se ha podido localizar una de las piezas de patrimonio religioso más buscadas en las últimas décadas después de que fuera robada en 1979 de la iglesia de Santa Eugenia de Astudillo; una sustracción atribuida al famoso ladrón de arte sacro, ya desaparecido, Erik el Belga, según confirmaron a Diario Palentino fuentes judiciales.

Enn una información que firma Alberto Abascal se especifica que se trata de una talla de San Lucas atribuida a Gil de Siolé, que desapareció en la noche del 17 al 18 de julio de 1979. De hecho, los autores se llevaron en aquel robo las tallas de los cuatro evangelistas de la predela del retablo mayor, de comienzos del siglo XVI, así como apóstoles del guardapolvos y un incensario de plata.

Desde entonces, y han pasado más de 40 años, nada se ha sabido sobre este robo, salvo la posible autoría, hasta que recientemente los expertos de Patrimonio Artístico-Histórico de la Guardia Civil localizaron la mencionada talle del evangelista San Lucas cuando iba a ser subastada en Italia.

La Guardia Civil se puso en contacto con los Carabinieri (policía italiana)   para paralizar la subasta y mantener la talla a buen recaudo.

Tras conocerse los hechos, la Fiscalía de Palencia comenzó a mover los hilos pertinentes con el propósito de poder devolver este tesoro del patrimonio artístico-histórico palentino a su lugar de procedencia. De hecho, el Ministerio Fiscal solicitó al titular del Juzgado de Instrucción Número 2 de Palencia para que cursara una orden internacional de investigación por los delitos de robo y receptación, ya que el hallazgo se ha llevado a cabo fuera de España, a fin de poder acreditar el citado hecho delictivo para que finalmente esta obra de arte pueda regresar a Astudillo. Las fuentes consultadas por el rotativo han confirmado ayer que dicha orden internacional (Euroorden) ya ha sido cursada, por lo que ahora se pondrá en marcha cuantas diligencias policiales y judiciales sean precisas.

Entretanto, está confirmada el hallazgo del evangelista San Lucas, aunque por el momento no se conoce el paradero de los otros tres evangelistas sustraídos en la iglesia de Santa Eugenia, ni tampoco el resto de objetos de arte sacro robados.

El retablo de la iglesia de Santa Eugenia se le atribuye a Gil de Siloé, que es una de las máximas figuras de la escultura hispánica, y europea por extensión, del siglo XV y principios del XVI, cuando las formas del gótico postrero, hibridadas por las del arte mudéjar y las influencias flamencas de tipo flamígero, dieron origen al estilo gótico isabelino, exclusivo de España, del que Gil de Siloé es representante emblemático, según indican los expertos.

Desarrolló su actividad en la antigua  Castilla y más concretamente en la ciudad de Burgos y sus alrededores. Está documentado entre los años 1479? y 1501 fecha probable de su fallecimiento en la capital castellana. Pero ¿quien fue el autor del retablo de Santa Eugenia? Para algunos expertos que aparece en la obra Escultura Castellana. Textos e ilustraciones de la escultura castellana de los siglos XV y XVI, de Luis Planas Duro, publicado en 2019, «el estilo de Gil de Siloe se reconoce en el retablo de Santa Eugenia en Astudillo» (...) «no cabe la menor duda que el maestro del retablo de Astudillo realizó su aprendizaje en el taller de Gil de Siloe cuando se realizaron el retablo de la Cartuja de Miraflores y las puertas de entrada al claustro de la catedral de Burgos; a San Jacinto y a Proto les relaciona con el Papa y con el San Esteban del retablo de la Cartuja». La localidad de Astudillo precisamente fue muy castigada con este tipo de robos, si bien también ha habido fortuna en la recuperación de parte del arte sustraído.

Casualmente, la Guardia Civil, en colaboración con el Cuerpo de Carabinieri, recuperó en Italia en noviembre del año 2000 tres esculturas religiosas de gran valor histórico y artístico, que datan del siglo XV, y que componen un Calvario robado en la ermita de Torre Marte en agosto de 1993. Se trata de un Cristo crucificado, una Virgen y un San Juan, de autor anónimo perteneciente a la escuela de Juan de Juni y recuperado en enero de 2000 y entregado a la localidad en octubre de 2004. Aunque se depositó en la iglesia de Santa Eugenia, la propiedad ya no pertenece a la Diócesis, sino al Estado español, que lo ha adscrito al Museo Nacional de Escultura de Valladolid.

Asimismo, la Policía Nacional recuperó en 2017 en Zaragoza una tabla policromada del siglo XVI y atribuida a Juan de Borgoña, que fue robada en Astudillo en 1979. La pieza representa a la figura de Cristo resucitado mostrando las llagas de la Pasión.

Erik el Belga, el ladrón del siglo XX

El robo de la tabla del retablo mayor de Sta. María del Castillo de Frómista en 1980 es atribuido a este conocido delincuente y se perpetró un año después de asaltar la iglesia de Santa Eulalia de Paredes

René Alphonse Ghislain Vanden Berghe, nombre real del conocido ladrón de obras de arte Erik el Belga, falleció en junio de 2020 a los 81 años en el hospital Clínico de Málaga. Nacido en Nivelles (Bélgica) en 1940, estudió Proyección Lineal, Arte y Pintura en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad.

En su faceta de ladrón de guante blanco robó más de 6.000 obras de arte en toda Europa, una parte de ellas en España, donde se instaló en 1976 -tras fugarse de la cárcel de Verviers- en un momento en el que el clero vendía sus obras fácilmente y a bajo precio. Según la Policía, ha sido el ladrón más importante del siglo XX, especializado en arte sacro. No fue esta, sin embargo, la única de sus facetas, ya que también ejerció como pintor y restaurador. Empezó su carrera como anticuario en su país natal, Bélgica.

Las tablas de frómista. El capitán de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Palencia, Enrique Peláez, en un reportaje sobre arte sacro elaborado por Diario Palentino en enero de 2021, sostenía que Palencia, así como todo el conjunto de la geografía regional, «tiene una riqueza incalculable con respecto al patrimonio histórico y religioso». Sin embargo, reiteró que en los últimos tiempos las bandas dedicadas al robo de este tipo de material no actúan, «aunque nunca hay que bajar la guardia porque Palencia es una provincia muy diseminada en materia poblacional y es muy difícil evitar hechos de esta índole, aunque la Guardia Civil tiene sus programas de seguimiento y vigilancia para evitar que esto ocurra». Gracias al enorme trabajo desarrollado por las fuerzas de seguridad, una buena parte de las colecciones, por suerte, se ha recuperado con el paso de los años, aunque hay otras obras expoliadas que todavía siguen en paradero desconocido. Este es el caso de una tabla del retablo mayor de la iglesia de Santa María del Castillo de Frómista, declarada monumento nacional en 1945. Entre el 10 y el 11 de noviembre de 1980, pasados ya 42 años desde entonces, se perpetró en este recinto religioso el robo de una parte del retablo mayor compuesto por 29 tablas hispano-flamencas del siglo XV, de las cuales fueron sustraídas 12 a manos, según las fuerzas de seguridad, de René Alphonse Vanden Berghe, conocido como Erik el Belga.

No hay que olvidar que este robo se llevó a cabo justo un año después del perpetrado en Paredes de Nava, donde el mismo ladrón belga se apoderó de los reyes de Israel de Pedro Berruguete, aunque poco después fueron recuperadas en un caserón en Parla (Madrid).

 
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