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Agricultura

El nabo de Monzón resurge

El Ayuntamiento, la Diputación y el Itagra buscan recuperar el cultivo de este tubérculo con la siembra de cinco variedades distintas y crear una posible marca de calidad

José Carlos González recoge nabos en una parcela de ubicada en Ribas de Campos(Palencia) / Brágimo/ICAL

José Carlos González recoge nabos en una parcela de ubicada en Ribas de Campos(Palencia)

Palencia

David Herrero / ICAL

Eres más abulto que los nabos de Monzón. Dicho popular que en Palencia todo el mundo conoce, pero que, a día de hoy, esconde una realidad. La tradición y el cultivo de este producto se ha perdido, y se opta por la compra de nabos para las diversas fiestas, tanto en invierno como en verano, pero no por mucho tiempo. Florece la apuesta de crear una marca de calidad de la mano de una variedad óptima de nabo en el que se involucren a pequeños agricultores de la zona para poner en valor este producto y generar riqueza, sin perder las tradiciones.

El alcalde de Monzón de Campos, Mariano Martínez, explica a Ical que el municipio y los nabos siempre han estado muy ligados, aunque con la instalación de la azucarera en los años 60, el cultivo de los nabos dio paso al de remolacha por su mayor rendimiento.

Por ello, el Centro de Iniciativas Turísticas del Bajo Carrión y Ucieza tocó varios palos en el ámbito festivo, donde se descartó la matanza porque había muchos ejemplos en diversas localidades, por lo que, en su momento, se apostó por una idea brillante que se centraba en poner en valor la identidad de Monzón también en tiempos del frío, con la Fiesta del Invierno en torno al nabo, desde el ámbito lúdico y gastronómico, pero también con una proyección de futuro desde el aspecto agrícola y económico.

“No es un producto que sea fácil, como puede ser el tomate o el pimiento, que tienen mejor imagen y un sabor más agradable inicialmente”. En ese sentido, apunta que el Ayuntamiento y el Centro de Iniciativas Turísticas han ido de la mano en los últimos años para promocionar más el producto.

Se aprovechó que la Diputación tiene un proyecto con el Centro Tecnológico Agrario y Alimentario (Itagra) para potenciar determinados cultivos en la provincia, por lo que se solicitó que el nabo pueda enmarcarse en dicho plan, de la mano de un hortelano del vecino municipio de Ribas de Campos, quien usa su terreno, conformado por unos 400 metros cuadrados y ubicado en la ribera del Río Carrión, para crear unos campos de ensayo y tener cinco variedades diferentes de nabos (Bola de nieve, Virtudes, vienés, Milán Rouge y negro azucarado).

De esa forma, se analizan las propiedades de todas ellas para seleccionar la que sea óptima, tras adaptarse mejor al terreno y al clima de la zona, así como en relación al sabor que puede ofrecer para ser incluido en el ámbito gastronómico, subraya el regidor.

Y es que, cocinar con nabos no lo hacen todos los establecimientos, pero sí restaurantes como La Concordia, en el propio pueblo, que lo emplea en sus recetas y aporta un añadido al conjunto. “Sirve de foco de atracción para probar y publicitar con el estómago este producto de la tierra”.

Martínez explica que cuando se elija la variedad óptima, se procederá a la creación de una marca de calidad con el objetivo de que se conecte el productor y el distribuidor. Porque, a día de hoy, se ha dejado el cultivo del nabo y se busca volver a producir el nabo bajo el sello de calidad y que todo quede en la zona, de la mano de pequeños agricultores, asevera.

Recetas y tradiciones

Recetas como la crema de puerros y nabos con berberechos al vapor y huevas de trucha, medallones de rape sobre un guiso de manitas de lechazo con nabos o un postre consistente en un gofre con un helado de nabos son algunos ejemplos de las creaciones culinarias, según traslada la tesorera del Centro de Iniciativas Turísticas y responsable del Restaurante La Concordia, Camino León.

Destalla que la idea es que el plato llame la atención, además de darle una vuelta para que al comensal le guste y no se echen para atrás al ver al nabo y sea una receta atractiva al paladar.

León desgrana que, entre las variedades que se han logrado en el campo de ensayos, se encuentra la denominada bola de nieve, que es muy redonda como hace imaginar su nombre y su sabor es similar al guisante; uno negro que hace referencia al nabo azucarado, aunque puede picar; y otro alargado, el llamado virtudes y que recuerda a las almendras.

Estas variedades cultivadas tienen sabor, porque los que se consiguen comprar tienen mucho agua y buena pinta, pero con poco sabor de manera fresca, comenta en declaraciones a la Agencia Ical.

Durante este fin de semana se celebra la Fiesta de San Blas con la exaltación de los nabos, donde destaca entre las diversas actividades el mejor ojo del condado, donde los palpitantes deben calcular a bulto el peso de un cesto lleno de nabos, ya que no se puede tocar ni coger.

 
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