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Movilización y recogida de firmas para evitar que Laura vaya a prisión

Debe ingresar en prisión de manera voluntaria antes del próximo domingo por no dejar a su hijo con su expareja

Palencia

Concentración en Palencia a favor de Laura Molinilla la mujer que, si nadie lo remedia, deberá ingresar en prisión, de manera voluntaria, antes del próximo domingo al existir una orden judicial que le obliga a ello por no dejar a su hijo con su ex pareja y ser condenada a dos años de prisión y a cinco de pérdida de la patria potestad de su hijo al ser considerada culpable del delito de sustracción de menores tras ser denunciada por el padre del menor al no cumplir con el régimen de visitas establecido. Laura defiende que no todo es blanco o negro y que es preciso escuchar a todas las partes. Vecinos, amigos e, incluso familiares de su ex marido acudieron a poyar a esta madre palentina al creer que la decisión judicial es injusta. De forma paralela han comenzado con una recogida de firmas para tratar de evitar su entrada en prisión que tienen previsto formalizar esta semana para solicitar su indulto. Piden que se tenga en cuenta los deseos del menor y la situación de la madre que además del adolescente de 14 años tiene a su cargo a otro hijo menor de edad, con su actual pareja, de 5 años y con un grado de dependencia de tipo uno.

Laura Molinilla, madre del menor

Laura Molinilla, madre del menor

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Tras desestimar el Tribunal Supremo el recurso de casación presentado por su representante legal, que es, por ahora, el último paso que han dado por la vía judicial para evitar las penas condenatorias, Laura recibió el pasado 17 el requerimiento que le insta a acudir motu propio en diez días a la cárcel. En un comunicado remitido a los medios de comunicación la madre explica que "en 2014 me separé de mi exmarido y se dictaminó un régimen de custodia compartida, en un principio cumplimos ambos progenitores los plazos y las medidas impuestas por el Tribunal de Primera Instancia, Número 3 de Palencia. Pero la relación entre padre e hijo se fue deteriorando con el tiempo, hasta llegar al punto en que el menor se negaba a ir con su progenitor, alegando situaciones de abandono, maltrato psicológico, amenazas, y negación reiterada a sus necesidades básicas. La situación era insostenible. Lloros, ataques de ansiedad fueron una constante, hasta que un día el menor se negó en rotundo a ir con su progenitor, y yo no pude hacer otra cosa que protegerle."

Tras realizar diversas acusaciones a su exmarido prosigue afirmando que "el menor mantiene una relación excelente y cercana con todos y cada uno de los miembros de su familia paterna, a los cuales les ve casi todos los fines de semana. Cuento con su apoyo para solicitar la custodia del menor y son ellos los que miran en beneficio del menor y los que han testificado a favor del menor, incluso han denunciado a su hermano por la situación que estaba viviendo el menor. Durante todos estos años el progenitor no ha afrontado ningún gasto derivado de la crianza del menor, ni ha cumplido ninguna de las sentencias relacionadas con la situación física, psíquica del menor y económica.

Desde 2016 todas las sentencias han dictaminado que el menor sería entregado al progenitor en el Punto de Encuentro Familiar, y si evolucionaban positivamente el progenitor podría ejercer plenamente su patria potestad. Algo que tristemente no ha ocurrido. El progenitor desde 2016 no ha acudido a ver al menor, yo como madre nunca me he negado a que esos encuentros se produzcan. Al igual que tampoco me he negado a realizar entrevistas con el Equipo Judicial Psicosocial, algo a lo que el progenitor se ha negado en repetidas ocasiones. ¿Cómo se puede digerir que digan que un menor esta secuestrado cuando saben en qué colegio está, sabe dónde vive y un montón de situaciones más que puedo enumerar? Tal era el rechazo del progenitor por reunirse con el menor en el Punto de Encuentro Familiar, que se acordó que el progenitor fuese a recoger al menor al Colegio. Llevé al menor al Colegio, cuando llegó el día que el progenitor tenía que recoger al menor en el colegio, el menor se negó a ir con el progenitor. Ni la Policía Nacional, ni los profesores, ni la Unidad Familiar de la Policía pudieron hacer cambiar de idea al menor, que en esos momentos sufrió un grave ataque de ansiedad.

Por cumplir una sentencia y por respetar la voluntad del menor, tengo una sentencia condenatoria de dos años de cárcel. Me he mantenido en silencio por el bien del menor. Sólo he acudido una vez a los medios de comunicación. A cambio he aguantado y sufrido injurias, amenazas y un juicio paralelo, lo único que he hecho es cumplir sentencias dentro del bienestar del menor"

 
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