Superados los 8.000 millones de habitantes: problemas, retos y dificultades que se avecinan en Europa y España

Aranda de Duero

Hace unos días se producía el esperado cambio de cifra: el mundo ya está habitado por más de 8.000 millones de personas. Un número que en las próximas décadas seguirá aumentando aunque quizá a un ritmo más ralentizado. Pero, ¿qué ocurrirá en España? ¿Qué futuro nos aguarda? Nuestro país supera en 2022 los 47 millones de habitantes, pero para finales de siglo la ONU pronostica una bajada de 17 millones y más de 25 puestos en la lista de naciones más habitadas, mientras otras se encontrarán ante una realidad muy diferente. "Nuestro mundo se define por desigualdad. Estamos en una España Vaciada, con comunidades como Castilla y León que pierden población, y hay una ley -de Transición Demográfica- que funciona casi exacta, que dice que a más pobreza más hijos, y a más riqueza menos. Europa está envejecida y perderá peso demográfico, lo que también se traducirá en pérdida de peso político y económico", advierte en La Ventana Edición Ribera Javier Gómez, decano del Colegio de Sociólogos de Castilla y León.

Esta situación de pérdida poblacional favorecerá la inmigración, que cada año irá acogiendo más relevancia en nuestro país, y en los de alrededor. "El paro está en el trabajo digno, pero tenemos necesidad de mano de obra para los trabajos que en Europa no se quieren. La pobreza no tiene barreras, y si la población en África crece pero la economía no, para ellos la frontera va a estar en el mar. Eso hace que nuestra previsión de pérdida de población dependa, y dependa de los flujos migratorios, que en una generación o dos se van a convertir en autóctonos. Y se acabarán pareciendo a nosotros. Pero cómo será la inmigración es una gran duda", expresa el decano,

¿El planeta puede soportar la carga?

Ante el cambio climático y el resto de variables que soporta el mundo, el crecimiento de la población no haría más que comprometer y ampliar lo que ya se está experimentando. "Si no cambian otras cosas sí, porque los recursos son limitados. Si todos los ciudadanos comiesen el porcentaje de proteínas que comen los americanos, por ejemplo, tendríamos escasez. Pero si todos ponemos de nuestra parte eso no tiene por qué pasar en absoluto. A lo mejor se puede definir otra forma de consumo. El planeta da de sí pero si se consume de otra manera", responde Gómez.

Población

En 2050 el 70% de la población vivirá en las ciudades y no en zonas rurales. Un pronóstico que aumenta el dato actual un 14% y solo en 28 años. Aquí cree Javier que "podemos tener sorpresas". "El teletrabajo y muerte de la distancia que suponen las tecnologías podrían cambiar esa realidad actual. De momento no los hay, las ciudades crean un tipo de relación que parecen tener atractivo. Pero los cambios de valores podrían alterar el pronóstico, siempre que haya políticas que lo aprueben y población que asuma esos valores. Decidir dónde se vive ya no está limitado al trabajo. En el futuro ya veremos, los valores cambian y a veces deprisa, pero las expectativas hoy por hoy no son positivas", dice.

Sostener las pensiones

Otra de las grandes dudas que nos viene a la mente es si se podrá pagar las pensiones y la sanidad ante una media de edad más alta y una esperanza de vida mayor con una población en edad laboral mucho más baja que la actual. "No será fácil. Cada trabajador sí que genera más riqueza que antes. Pasa que en África mucha gente en edad laboral tiene que costear la educación de cada vez más niños, mientras aquí lo que se costea es la pensión de los que en su día trabajaron. La sostenibilidad está en cuestión, ¿qué medidas se prevé? Prolongar la edad de jubilación, que es lo que se está haciendo, sobre todo para quienes trabajan en la oficina. Pero con eso no se soluciona todo. Hay que incrementar la productividad, y luego está la esperanza de la población inmigrante, porque si no el modelo no va a ser sostenible", sentencia el sociólogo, que considera políticos y países deben prepararse individualmente para la llegada de una realidad certera pero que estará repleta de incógnitas.

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