Precipicio climático
La Firma de Eva Calleja
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"Precipicio climático", la Firma de Eva Calleja
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Palencia
De las muchas informaciones que he leído en los últimos días sobre la cumbre del clima que se está celebrando en Egipto me quedo con esta pronunciada por Antonio Guterres, el Secretario General de la ONU, que, entre otras muchas cosas, dijo hace unas horas que espera de este encuentro que seamos lo suficientemente responsables como para salvar al planeta, a nuestro planeta, ese en el que vivimos, del precipicio climático en el que se encuentra.
Claro que pretender que es posible dejar de lado las “desavenencias”, por no emplear otras palabras más gruesas, que existen entre los países me parece casi, casi como creer que existe el famoso y mágico “elixir de la juventud”.
Imaginemos por un instante que los representantes de todos los países que están presentes en este encuentro se ponen de acuerdo… ¿Cómo convencemos al resto de que lo que nos jugamos es vital para el futuro de la humanidad? Básicamente porque no podemos, o no debemos olvidar que los seres humanos necesitamos un lugar donde vivir, que además tiene que tener unas características concretas… unos detallitos tan vitales como oxígeno, agua, sol…
Y les recuerdo que a pesar de que los humanos hemos sido capaces de crear, inventar y construir cosas alucinantes… aún no hemos sido capaces de encontrar otro lugar para vivir. En el supuesto caso de que nos diera exactamente igual acabar con el planeta tierra, que entiendo que a algunas personas se la trae al pairo, no tenemos dónde ir para seguir subsistiendo como género humano.
Claro que aunque pudiéramos lograr acuerdos dejando a un lado desavenencias y logrando adeptos por la necesidad de conservar vivo el planeta aún tendríamos que mantener, la que probablemente sea la batalla esencial, que es la que nos enfrenta con los intereses económicos de empresas y países. Y para eso me temo que la imaginación no me alcanza.
Pero es que los datos y lo que está pasando es absolutamente demoledor y ahí sí que no hay que echarle imaginación, tan solo es preciso abrir los ojos.
El incremento de la temperatura, ese grado y medio del que nos hablan los expertos en la materia, no es una cifra arbitraria. La seguridad del ser humano depende de ella.
Y en esto, o actuamos de forma conjunta o no tenemos nada que hacer. Estamos en un momento crítico, pero muchos parecen obviarlo por completo.
Todos los acuerdos adoptados en cumbres anteriores se están incumpliendo. Siguen primando otras prioridades a la que realmente es urgente. Este género humano sigue demostrando que está más cerca de la insensatez que de su parte más racional. Y yo, no lo entiendo.
Sigo mirando hacia la cumbre para ver qué pasa finalmente estos días pero lo hago con ojos escépticos. Y aunque el mundo, nuestro mundo, no puede permitirse el lujo de perder otra oportunidad para eludir los peores pronósticos climáticos, mucho me temo que las noticias no serán buenas.
Lo dicho, a veces, como decía la canción, me gustaría ser civilizada como los animales…