Alcorcón: lo que pudo ser y no fue

León

Volver a Santo Domingo es remover los recuerdos entre los aficionados de la Cultural de una temporada, la única del equipo en el fútbol profesional tras cuatro décadas, que acabó en un mar de lágrimas por el descenso. Lo que pudo ser y no fue en una temporada llena de dientes de sierra, como las visitas del conjunto blanco al feudo de la AD Alcorcón donde en el curso 18/19 asombró en la Copa del Rey y a donde regresó meses después para (no lo logró) dejar encarrilada la permanencia.

El equipo amarillo fue su primer rival en la Copa del Rey que en el anterior formato enfrentaba en las primera rondas a equipos de la Liga SmartBank. Espoleado por su primer triunfo fuera de casa ante el Sevilla Atlético, los de Rubén de la Barrera buscaban la tercera consecutiva. Parecían haber caído de pie en la categoría. Y el técnico gallego dio una vuelta de tuerca más a su ambicioso plan. Con un esquema corto en defensas (Albizua, Bouy y Manu Rodríguez) y con un solo punta (Colinas) terminó paseándose (2-4), gol de Yelko Pino incluido, además del doblete de Iza y el primer tanto de Buendía como culturalista. Luego sería eliminado por el Real Valladolid (0-4).

Con el paso de los meses, y en plena resurrección (ganó al Barcelona B, al Tenerife y al Córdoba y empató en Granada en un mes de competición pletórico), el retorno a Alcorcón tenía una misión: dar un paso de gigante hacia la salvación. Lo tuvo en su mano la Cultural (0-0), en concreto, en la de la asistente Judith Romano, que levantó el banderín cuando Señé, en posición legal, batía el marco local para algarabía de las decenas de leoneses presentes. Con el VAR otro gallo hubiera cantado. También si anteriormente el portugués Moutinho hubiera ajustado su remate en un uno contra uno ante el meta Casto. Luego llegaron el Lugo y el Nástic, el subidón contra el Oviedo y el funeral de Soria. Lo que debió ser y, finalmente, no fue. En Santo Domingo hay una huella por borrar.