"Habemus permiso" y colillas al suelo

Palencia

No he fumado nunca en mi vida y me gustaría que la gente no fumara, ni en las terrazas ni en ningún sitio.

Cuando se prohibió fumar en el interior de los bares, los trabajadores lo agradecimos y a pesar de las quejas de fumadores y de clientes que decían que olía a humanidad en lugar de a nicotina, nos acostumbramos todos a ello.

No me molesta el humo de alguien que este al lado, pero sé que no es lo mejor para la salud. Pero por otro lado me resulta empalagoso el ritmo de esta sociedad que todo lo censura y prohíbe y ha descubierto de repente que todo es malo, y que conste, que el tabaco lo es sin duda.

Durante la pandemia se impusieron restricciones y prohibiciones que en algunos casos atentaban contra la libertad de las personas y resultaban incoherentes. Una de estas fue la prohibición de fumar en las terrazas e incluso por la calle, algo que afectaba a millones de fumadores. Desde hace días se ve ese humo blanco que indica que "Habemus permiso", mucho antes incluso de que este permiso para fumar en las terrazas fuera oficial. La sociedad, que en muchos casos se siente soberana para hacer lo que cree está en su derecho, ya fumaba en las terrazas a pesar de no estar permitido. Hace ya muchos meses que el fumador se levantaba de la mesa, daba uno o dos pasitos para salirse del área figurada que delimita la terraza y ahí, solo o acompañado, se fumaba su pitillo, dejando el rastro en el suelo.

Desde hace semanas ya nadie se esconde y a cada hora el arma del delito, las colillas, se pueden ver en el suelo al pie de mesas y sillas. Ya ningún vecino se quejaba ni denunciaba nada, ya ningún agente de la policía local llamaba la atención de clientes y hosteleros porque se fumase, a pesar de no estar permitido.

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Hoy sí, ya se puede fumar en todas las terrazas abiertas y todos lo damos por bueno, aunque a algunos no nos guste. Todos tenemos amigos en nuestro entorno que fuman, unos se apartan y otros lo hacen en tus narices. Sanidad ha desistido en su planteamiento de prohibir fumar en las terrazas, algo con lo que contábamos, y en la línea de este gobierno, las autonomías son las que tienen la última palabra. Catalunya aboga por la prohibición, y la Junta de Castilla y León no lo tiene en sus planes.

Ahora de nuevo tendremos que poner ceniceros para evitar que el 50% de esas colillas acaben en el suelo, porque el resto, y a pesar de tener un sitio para echarlas, seguirán cayendo al suelo como algo normal.

Estoy leyendo que el gobierno sí pretende que en 2023 las tabaqueras se hagan cargo de la recogida de las colillas en playas, campos y calles, algo tan justo como imposible, porque lo justo y posible es que el fumador se las lleve en su bolsillo y no las tire al suelo. Y para acabar, y recordando a Jesús Quintero "el loco de la colina", les dejo todo el tiempo del mundo para que opinen ustedes.