Los panaderos reclaman ayudas para evitar que los sobrecostes acaben con sus negocios

Valladolid

Los panaderos alertan sobre la situación que atraviesan sus negocios por el incremento de los costes energéticos y de las materias primas. Su factura de la luz y el gas se ha multiplicado por tres. La harina ha incrementado su precio casi un 45 por ciento. Un escenario que todavía se puede complicar más en los próximos meses y ante el que piden ayuda urgente a las administraciones.

"No es de Dios". Con esta frase, resume Javier Ramos, de La Tahona de Chari, en la localidad vallisoletana de Villanubla, la situación que arrastran, plagada de dificultades que se remontan a la anterior crisis. La pandemia ha dejado, entre otras cosas, un descenso de la actividad hostelera que también padecen y, además, deben sufrir la venta a pérdidas con la que gestionan el pan en la mediana y gran distribución que despachan este alimento como un producto reclamo. "Es imposible que tres barras cuesten un euiro", explica Ramos. "En cualquier otro sector", añade, "este tipo de práctias sería denunciado de inmediato.

Cuando dejan de amasar, abren las hojas de cálculo y el humo sale de sus cabezas, en lugar de sus hornos. Ellos han tenido que despedir a una trabajadora con años de experiencia porque los números no cuadran. "No podemos repercutir todos los incrementos que tenemos porque entonces el pan costaría tres veces más de lo que vale ahora", ha explicado en el transcurso de una entrevista en 'Hoy por Hoy Valladolid'. Ramos, ha relatado que, recientemente, han tenido que despedir a una empleada "que empezó cuando abrimos" ante la imposibilidad de cuadrar unas cuentas que muchos días le llevan a concluir que levantar la verja la ha supuesto "perder dinero, así de claro", remacha.

Reclaman a las administraciones, provinciales y autonómicos, pero también nacionales, que defiendan el pan como un alimento básico, que se incentive la formación de los nuevos profesionales y que se establezcan ayudas para poder hacer frente a unos sobrecostes que estrangulan estos pequeños negocios, muchos ellos de carácter familiar e implantados en el medio rural.