Sotillo de la Ribera ultima los preparativos de la Feria del Vino
Una comisión de voluntarios se encarga de la conservación de la zona de bodegas y lagares del municipio
Sotillo de la Ribera
Sotillo de la Ribera celebra este jueves la cata del concurso de vinos de cubillo, que forma parte de las actividades de la III Feria vitivinícola, que se celebra el primer fin de semana de junio. La organización no esperaba una participación tan alta. Ha recibido 53 muestras, 18 de ellas de tintos con barrica, 9 de tintos jóvenes, 17 de claretes y 9 de blancos. La entrega de premios está prevista el domingo 5 de junio, día grande de la feria, que tendrá como pregonero inaugural al artista local Cándido Meruelo.
La víspera habrá una cata de vinos de Jerez y una carrera popular de 3’8 kilómetros organizada por el Club de Atletismo de Aranda en colaboración con el Ayuntamiento de Sotillo, que recorrerá los distintos caminos entre las bodegas, incluyendo un tramo subterráneo que atravesará la bodega Ismael Arroyo.
Una actuación del grupo de danzas San Isidro, una exposición de tractores y coches antiguos, una visita guiada a la iglesia de Santa Águeda y jornada de puertas abiertas de las peñas y bodegas particulares, son algunos de los ingredientes de esta iniciativa, que pretende dar visibilidad al entorno de bodegas y lagares de esta localidad, que aspira a implicar a otros municipios. Por eso, este año figura como invitada la bodega cooperativa de La Horra. “Queremos que no sea una feria solo de Sotillo, que sea abierta a la comarca, por eso hemos creado la figura del pueblo invitado y lo que queremos es ir sumando pueblos a esta iniciativa, porque creemos que todos los pueblos necesitan potenciar las bodegas y todo este patrimonio”, explica Javier Esgueva, miembro de la Comisión de Bodegas y Lagares Tradicionales de Sotillo de la Ribera.
Los asistentes podrán al precio de 14 euros catar cuatro vinos con sus correspondientes tapas, llevándose de recuerdo una copa grabada y un portacopas.
La primera edición de la feria tuvo lugar en 2018. Tras dos años en barbecho por la pandemia, regresa así esta actividad, que quiere mostrar con orgullo el buen estado de conservación de las bodegas y su entorno, gracias a la labor de este colectivo, que dos veces al año, en primavera y en otoño, reúne a su voluntariado para realizar mejoras. “Hemos restaurado varias zarceras, hemos hecho empedrados, accesos y por ese camino es por el que queremos seguir, porque a nivel interno las bodegas están muy bien conservadas en casi la totalidad, ya que las peñas se metieron hace muchos años y eso hizo que no se fueran al garete”, detalla Esgueva.