Tiempos de radio, tiempos de vida
Recuerdo a mi padre afeitándose en un frío piso sin calefacción pero con el calor que proporcionaba esa pequeña radio de color negro
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La mirada de Toledo: Tiempo de radio, tiempo de vida (13/02/2025)
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Toledo
Buenos días nos dé Dios, don Carlos.
Parece ser que hoy es un buen día o un día idóneo para hablar de la radio. Y es que, si te paras a pensar, qué sería de nosotros sin la radio. Ufff, difícil e interesante respuesta la que se podría dar. Por mi parte, amigo Carlos, si me permites, voy a reflexionar sobre lo que ha supuesto la radio en mi vida.
La verdad es que me resulta imposible imaginar mi vida sin la radio. Tal vez, el tremendo cariño y gusto que siento por ella se lo deba a mi padre y a mi abuelo materno. Todavía recuerdo cuando era muy niño y no vivía en tierras toledanas, sino en la madrileña localidad de Alcobendas. Mi padre iba casi por toda la casa con un pequeño aparato de radio que, inevitablemente, visitó muchas veces el suelo y acabó funcionando gracias a una goma mantenía unidas sus dos partes. Recuerdo a mi padre afeitándose en un frío piso sin calefacción pero con el calor que proporcionaba esa pequeña radio de color negro en la que yo escuché mis primeros goles del Real Madrid a finales de la lejana década de los años 80. En cuanto a mi abuelo, que en paz descanse, tampoco olvidaré como, en su gusto por la radio, se compró aquel producto tan «noventenero» para poder escucharla en sus largas noches de insomnio. Lógicamente, me estoy refiriendo al walkman.
Por mi parte, recuerdo llegar a casa después del instituto y comer solo pero en compañía siempre de la radio. Del mismo modo recuerdo con mucho cariño como trasnochaba para escuchar al mítico Juan Antonio Cebrián, que en paz descanse, y su queridísima Rosa de los Vientos, o como me ponía el despertador para grabar algunas de las intervenciones de Iker Jiménez en algún programa de las madrugadas de la Cadena SER antes de que diese el gran salto mediático.
¿Y ahora? Pues ahora un servidor tiene la fortuna y el privilegio de seguir disfrutando de la radio de manera directa, como estoy haciendo mismo o participando en programas o podcast, como ha sucedido y espero que siga sucediendo, en SER Historia con Nacho Ares, en La Escóbula de la Brújula con Jesús Callejo o en Espacio en Blanco con Miguel Blanco.
Discúlpame, amigo Carlos, sí, he convertido la sección de hoy en algo muy personal, pero para mí, y seguro que me entiendes muy bien, la radio es algo muy personal. No sé qué nos traerá el futuro, pero si no hay radio, que pare el tren que yo me bajo.
Buenos días.
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Daniel Gómez Aragonés
Historiador, escritor y colaborador de SER Historia