De fontanero en Gálvez a ofrecer el cielo de Toledo
'Raíces, memorias de vida' es una ventana abierta a las historias personales que se esconden tras las empresas más relevantes de nuestra región
En el municipio toledano de Gálvez es donde la familia Corroto tiene sus orígenes y donde se ubican sus primeros pasos como emprendedores. Fue el padre, Jesús Corroto, el que hace más de 50 años comenzó su trayectoria empresarial como fontanero y haciendo pequeñas obras.
Poco a poco, se fue metiendo en el mundo de la restauración y de la hotelería hasta llegar a ser Restoledo, un grupo de hotelería y restauración, cuya meta es la de convertirse en anfitrión y ofrecer experiencias únicas para vivir Toledo como un toledano más.
"Mi padre empezó por cuenta ajena pero enseguida se dio cuenta que necesitaba crecer y desarrollarse y hacer las cosas a su manera", cuenta su hija, Alicia Corroto. "Decidió irse por su cuenta y creó su empresa, aunque primero lo hizo con socios". Siempre con dificultades, asegura Alicia, pero cuando las cosas empezaron a ir mejor diversificó la actividad y pasó de las obras al mundo de la hostelería.
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Alicia Corroto, directora general de Restoledo
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Alicia Corroto, directora general de Restoledo
Así aterriza en el mundo de la hotelería haciéndose primero con el Hotel San Juan de los Reyes, un edificio declarado Bien de Interés Cultural; y después con el Hotel Carlos V, situado también en otro inmueble emblemático del Casco Histórico.
Además de estos dos hoteles, cuentan, en plena judería toledana, con el restaurante La Fábrica de Harinas -ya que se ubica en una antigua fábrica de harinas del siglo XIX- y la familia Corroto gestiona una mítica terraza, la 'Azotea de Carlos', desde donde se puede disfrutar de una panorámica 360 grados de la ciudad.
Así llevan años, trabajando en el mundo de la restauración y de los hoteles. 14 años haciéndolo en solitario, solo la familia, sin otros socios. Admite que no siempre es fácil trabajar en familia pero sí lo son "los valores" y al final "todos acaban pensando igual" a la hora de dirigir el negocio. "Una de las cosas de las que más orgullosos estamos es de la educación que nos han dado nuestros padres a los tres hermanos, porque pese a las discrepancias, que las hay, no van más allá y no nos afectan a nuestras relaciones como hermanos".
Recalca que sin los grandes equipos con los que trabajan en sus dos hoteles y en sus dos establecimientos de hostelería no "podrían hacer nada". Ellos son los que hacen "las cosas fáciles" aunque sea el de la restauración sea un mundo complicado. Precisamente una de las mayores satisfacciones que tienen esta familia de empresarios es la de dar trabajo a otros. "Que ellos puedan cumplir sus ilusiones y sus proyectos de vida".
El dar trabajo y sostener familias se suma a la alegría que sienten cuando un cliente queda contento con la estancia en su hotel "las buenas opiniones de los clientes es una gran satisfacción para nosotros". Ser un buen anfitrión tiene una gran responsabilidad y esa es, precisamente, una motivación para ir creciendo.