Cuando parar se convierte en un destino

Talavera de la Reina

Aún con la resaca que deja FITUR, la gran feria del turismo que ha congregado en IFEMA a la impresionante cifra récord de 255.000 visitantes, hay dos detalles que me gustaría destacar. Por un lado, el stand de Castilla-La Mancha.

Este año, la región ha decidido darle un giro, en el sentido más literal, a su presencia en FITUR. ¿Cómo? Colocando el cielo en el centro de todo. Sí, ese cielo puro, inmenso, que parece no tener límites cuando recorres sus llanuras. Lo han convertido en una experiencia: una pasarela que te invitaba a caminar entre nubes, como si flotaras en ese firmamento que define y envuelve esta tierra.

Y, por otro, el lema de este año: “Para en Castilla-La Mancha”. Para en Talavera. Para en estas comarcas. No es solo un eslogan; es toda una declaración de intenciones. Una invitación a detenerse. Nos pide que dejemos de verla como una tierra de paso, ese lugar que se cruza apresuradamente camino a otro destino. Nos anima a frenar, a respirar, a perdernos en sus horizontes infinitos, en sus pueblos, en su cielo. Porque, al final, hay lugares que no se pueden vivir de pasada, sino con calma. Y, a veces, parar no es solo una opción, es una auténtica necesidad.