Vida nueva, vida peor
La firma de opinión de la periodista y presidenta de la Asociación de la Prensa de Albacete, Loli Ríos Defez
'Vida nueva, vida peor', la firma de Loli Ríos
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Albacete
Lo de año nuevo, vida nueva está muy bien para aquellos propósitos que tratan de mejorar nuestra existencia o la de los demás. Pero, a veces, como ocurre con el caso del que quiero hablar hoy, la vida nueva es sinónimo de vida peor.
Periodistas de esta ciudad despedimos 2024 escuchando hablar del oficio a uno de esos profesionales que una quisiera a su lado para aprender y para recordar a diario las razones de una vocación que, en ocasiones, se desdibuja. El compañero de esta casa Nicolás Castellano, nos planteó la importancia de contar las cosas que pasan in situ, con honestidad, con profesionalidad, con rigor y con perspectiva. Nos habló de la verdad y de la ética periodística, dos aspectos que, terminando el año, creíamos seriamente amenazados por ataques externos y también desde dentro por quienes se autoproclaman periodistas sin haber asistido jamás a un solo minuto de clase sobre deontología profesional.
El panorama, con 2025 empezado, ha empeorado con periodistas declarando en los juzgados por el fruto de un ardid urdido como estrategia política; con bulos y desinformación corriendo por el mar como las liebres y por el monte como las sardinas, tralará; o con ataques directos a compañeras vomitados por informadores que no son profesionales pero sí son machirulos repugnantes.
Que no digo yo, ni mucho menos, que todos los y las que hemos obtenido la titulación superior de Periodismo seamos una elite pulcra e intocable que no comete errores ni tropelías ejerciendo el oficio. Los y las hay que son su título debajo del brazo son bellacos o, peor, necios. Pero mis 25 años de experiencia en la profesión me han enseñado que aquí, como en todo, es más probable encontrar malos o muy malos profesionales entre los que jamás pisaron un aula de la facultad que entre quienes se formaron para ejercer el oficio. Insisto, como en la viña del Señor, hay de todo en todas partes, pero la formación es siempre un buen punto de partida para ir apoyando sobre ella la experiencia.
Por eso, y esto lo arrastramos del año pasado, no comprendo cuando una institución como el Ayuntamiento de Hellín publica una convocatoria de una bolsa de trabajo para ocupar un puesto en el que se van a desarrollar labores de prensa y lo que se exige es el título de… tachán… Bachillerato.
¿Cómo?, ¿y el de Periodista?, pues, según su criterio, no hace falta para prestar un servicio de calidad. ¿Pa qué? Y ya de paso, además de fomentar el intrusismo al no exigir la titulación superior correspondiente, a la persona a la que contraten a través de esa bolsa la engloban en un grupo muy inferior al que le correspondería si se pidiese dicho título, o sea, trabajo precario.
Pues eso, año nuevo, vida nueva, pero peor.
Hoy por Hoy Albacete (16/01/2025)
01:40:00
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