Auxilio psicológico en emergencias: una labor esencial tras la DANA

Cuenca

Una tragedia como la pérdida de vidas y los enormes destrozos materiales que ha dejado la DANA en Valencia y entras zonas de España como las localidades de Mira (Cuenca) y Letur (Albacete), deja una mella en la salud mental de las personas afectadas. La intervención psicológica de urgencia en las emergencias es fundamental y los profesionales especializados han estado a pie de la riada desde el minuto cero.

En el espacio Escuela de Salud que coordina Beatriz Hernández, y que emitimos los miércoles cada quince días en Hoy por Hoy Cuenca, hemos abordado este asunto conversando con Antonio de Dios González, psicólogo experto en emergencias.

Este profesional cuenta con una amplia experiencia desde que en 1997 comenzase a trabajar con Cruz Roja en estas labores. Además, es socio fundador de Avatar Psicólogos SL y es director del departamento de Psicología del hospital Quirónsalud de Marbella (Málaga). Además, es formador de Intervención en Crisis y Apoyo Psicosocial desde el año 1998. Desde entonces ha formado a muchos equipos de Cruz Roja en el ámbito nacional y a compañeros de los Colegios de Psicólogos de Aragón, Castilla la Mancha, Asturias, Navarra, La Rioja y Madrid.

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Formación específica

“Es importante tener una formación específica en emergencias porque la atención al paciente en crisis es diferente que el del día a día que tenemos en consulta”, destaca De Dios. “Tenemos un plan de formación permanente y cada cierto tiempo hacemos simulacros y nos reunimos para aunar el equipo. Cuando vas a una situación tan difícil en la que se mueven tantas emociones, cuando acompañas a personas con las que tienes una relación emocional, en esos casos nosotros también somos afectados porque estamos abiertos a situaciones muy dramáticas y muy difíciles”.

Equipos de emergencia

Antonio de Dios explica que trabajan “con un equipo multidisciplinar formado por un jefe de equipo, que es el encargado de dirigir al equipo, hay un psicólogo o una psicóloga. Luego contamos con personal sanitario, una enfermera, un médico y también hay un trabajador social para ayudar a las personas afectadas a conectar con los servicios que tienen. También nos rodeamos de voluntarios de apoyo psicosocial", añade De Dios, "que son personas que no tienen una titulación técnica. A veces sí, pero que están muy bien formados ante una labor básica de apoyo psicosocial”.

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Qué ofrecer ante la emergencia

Antonio de Dios destaca que hay que ofrecer “seguridad y sensación de que son capaces de afrontar la situación porque, cuando ocurre una catástrofe como la que estamos viviendo en Valencia, lo primero que ocurre es que se desbordan todos tus recursos personales y tienes esa sensación de no poder hacer nada ante lo que ha pasado. Entonces, lo primero es recuperar tu seguridad personal, recuperar tu capacidad, tus recursos para afrontar la situación difícil que tienes por delante. También hay que ayudar a las personas a conectar con sus mejores habilidades y con sus mejores recursos de afrontamiento. Es un dicho, pero es verdad, que sacamos lo mejor de nosotros mismos. Es nuestra prioridad. A partir de ahí, hay que ayudarles a que no salgan de la situación con una psicopatología. Estos momentos son muy impactantes, son muy traumáticos y es importante hacer un buen proceso de la situación para que no quede una patología posterior”.

Expresar emociones

“Es bueno escuchar a las personas y que expresen sus sentimientos”, añade este psicólogo experto en emergencias, “tanto en los medios de comunicación como con las personas que estamos al lado. Es importante para que una persona pueda afrontar y construir un relato con principio, desarrollo y final, que haga que este evento quede en su memoria del recuerdo, no en su memoria emocional traumática. Es fundamental para que la persona lo pueda superar. Así que, más que dar consejos, más que animar, más que intentar que las personas estén bien, les damos un espacio de seguridad donde pueden expresar todo lo que sienten, donde pueden expresar sus emociones, donde pueden sentir aquellas emociones y crear un espacio de seguridad, de contención”.

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Qué se debe decir y qué no se debe decir

¿Qué le dices a una persona en ese momento? “Lo importante no es lo que decimos nosotros, lo importante es lo que yo permito que ellos digan”, apunta De Dios.

“Nosotros normalmente tenemos conversaciones a través de las preguntas para que sea la persona la que, por un lado, exprese lo que siente y, por otro lado, recupere sus propios recursos. Tratamos de evitar darles falsas esperanzas. Si hay personas con desaparecidos, no decirles cosas como ya verás que todo va a salir bien o ya verás cómo te recuperas. No es mucho lo que nosotros decimos, sino más bien la capacidad que tenemos para provocar o facilitar o dar un entorno seguro para que la otra persona exprese todo lo que está sintiendo”.