Mensaje de esperanza de una conquense tras superar dos cánceres de mama

Cuenca

Como cada año, el 19 de octubre se conmemora el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, el tumor más frecuente entre las mujeres, una enfermedad que se calcula afectará a una de cada ocho a lo largo de su vida.

En Hoy por Hoy Cuenca hemos compartido con los oyentes el testimonio de María José Rosillo, de la localidad conquense de Casas de Haro, que en los últimos ocho años ha superado dos cánceres de mama.

Miedo a padecer cáncer

El estudio ‘Necesidades y calidad de vida en supervivientes de cáncer de mama’, difundido por la Asociación Española Contra el Cáncer, revela que 2 de cada 3 supervivientes temen una recaída, y 3 de cada 4 tienen miedo de que un familiar pueda padecer cáncer.

Casi el 70% de las mujeres que estaban activas laboralmente considera que la enfermedad interrumpió su carrera profesional, y un tercio de las encuestadas ha enfrentado problemas económicos. Además, el 50% sufre deterioro cognitivo, fatiga y dolor, lo que dificulta retomar su vida normal, mientras que un 53% menciona problemas de sexualidad.

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Pese a estos desafíos, los avances en investigación y la detección precoz han elevado la tasa de supervivencia neta a 5 años del cáncer de mama al 85,5%. La Asociación Española Contra el Cáncer de Cuenca estará en la calle este viernes 18 de octubre con mesas informativas en Carretería y en el hospital Virgen de la Luz.

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María José Rosillo

María José Rosillo ha superado dos cánceres de mama en los últimos años, experiencia que le animó a fundar la Asociación Vive, ni una estrella más, junto a mujeres de toda España para apoyar a otras afectadas por la enfermedad. Además, como voluntaria en CaixaBank, entidad bancaria en la que trabaja, colabora en proyectos que buscan mejorar la vida de estas mujeres y concienciar a la sociedad sobre el cáncer de mama.

Su historia de superación y perseverancia es un ejemplo que inspira a otras mujeres y promueve la participación en iniciativas solidarias. “Me detectaron mi primer cáncer de mama con 32 años, en abril de 2016, y dos años después una recaída del mismo tipo de tumor en otra zona del pecho”, nos cuenta. “Al ser tan joven, tenía un niño con un año y medio, y fue él el que me dio las fuerzas”.

“Ahora estoy totalmente recuperada”, dice. “Hace ya seis años de mi segundo diagnóstico y después de recibir quimioterapia, radioterapia y la cirugía, estoy recuperada, perfecta”.

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Muchas personas sienten miedo y angustia, al recibir un diagnóstico de cáncer. “El miedo es imposible de controlar porque cuando te dan un diagnóstico así nadie está preparado para ello”, dice María José, “pero es verdad que en España tenemos la gran suerte de tener grandes profesionales, oncólogos, investigadores, que día a día tratan de encontrar nuevos fármacos, nuevas terapias y la esperanza de supervivencias aumenta cada año. Hay que confiar plenamente en la investigación”.

María José explica que durante el proceso de curación recibió el apoyo de su familia, de los profesionales y de un grupo de mujeres en su misma situación a través de las redes sociales. “Mujeres que estaban pasando exactamente por lo mismo que yo y con las que pude hablar abiertamente de todas esas secuelas y todas esas preocupaciones, inquietudes, miedos que yo tenía porque ellas tenían los mismos. Creamos un grupo de WhatsApp y nos llamamos Mamagram”.

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Vive, ni una estrella más

María José comenzó el voluntariado en su pueblo, Casas de Haro con un café solidario que le ayudó a recaudar fondos para la investigación. Después. A través de ese grupo Mamagram se animaron a crear la Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico Vive, ni una estrella más. “Fue en el año de la pandemia”, dice. “Se nos ocurrió la idea de crear unas bolsitas porta-mascarillas, las empezamos a vender, hicimos todo nosotras, y ese año la recaudación que conseguimos fueron 10.000 euros. Vimos que habíamos tenido bastante respuesta y respaldo, tanto por nuestra familia y amigos como a través de Instagram, y decidimos constituirnos como asociación. Llevamos ya cuatro años haciendo eventos y campañas para intentar recaudar fondos y también poder crear talleres que ayuden a las pacientes de cáncer”.

Voluntaria de CaixaBank

María José es también voluntaria de CaixaBank, entidad bancaria en la que trabaja. “A través de este voluntariado hemos realizado varios talleres en los que, tanto empleados como voluntarios que no trabajan dentro de CaixaBank, quedamos cada tres o cuatro meses y hacemos almohadas corazón para las pacientes de cáncer”.

Almohadas corazón

“Es algo muy importante”, dice, “porque cuando te operan, después de la cirugía, la zona del pecho está bastante dolorida, entonces la almohada es un cojín en forma de corazón, te lo pones justo en la zona que te han operado y te relaja bastante, evita que te roces. Para las pacientes es algo muy necesario porque también, a través de ese corazón, sientes el cariño que hay detrás de las personas que lo han hecho. Se hace totalmente a mano. Tenemos que cortar la tela coserlo, rellenarlo y el voluntariado nos ha permitido poder llevar a cabo esa esa labor”.

“Quiero compartir un mensaje de esperanza”, concluye María José. “Sí que es verdad que todo lo ves como muy negro, pero terminas viendo la luz al final del túnel. Y sobre todo que seamos conscientes de la importancia de la investigación, porque la investigación es vida y la investigación es futuro”.