Cruz Roja promueve la participación ciudadana en Tragacete y Priego

Cuenca

A principios de año, Cruz Roja contactó en Cuenca con los alcaldes de los Ayuntamientos de Tragacete y de Priego, quería reunir a los vecinos y las vecinas de esas localidades y trasladarles la siguiente pregunta: ¿qué se podría conseguir si, cada cierto tiempo, la comunidad se reunía para hablar de sus necesidades y organizarse para solventarlas?

A estas fechas ya se han llevado a cabo distintas reuniones vecinales y jornadas de convivencia. En Hoy por Hoy Cuenca lo hemos hablado con Raúl Felipe Escribano, responsable técnico estatal de este proyecto de participación ciudadana llevado a cabo por Cruz Roja Española, para contarnos qué persigue la organización con esta iniciativa y qué se está consiguiendo gracias a ella. Además, nos han dejado su testimonio Elena, vecina de Tragacete, y Salva, de Priego.

Objetivos

“Proponemos a cada pueblo participante generar un espacio común para potenciar la acción colectiva y lo hacemos convencidos de que las personas, los ciudadanos, podemos hacer mejor nuestro día a día”, explica Escribano, “porque la realidad y la vida no es algo que nos venga dado o que dependa solo de las administraciones, podemos hacerla mejor entre todos”. En esta línea, desde Cruz Roja quieren alentar a estos pueblos “a identificar sus propias necesidades y deseos y trabajar en equipo para satisfacerlas”.

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Desde la organización destacan que “hay un nexo común entre los vecinos, que viven en el mismo pueblo”, apunta Escribano. “Además, que sean de toda la vida de allí del pueblo o que sean personas recién llegadas de otros lugares, es igual, ahora comparten calles y la oportunidad de hacer que la vida en el pueblo sea mejor para todos”.

Contactos vecinales

En Tragacete se celebró la jornada de convivencia el pasado 27 de julio; en Priego el 7 de septiembre. “Convocamos a toda la población a una reunión grupal generando un espacio en el que las distintas personas pueden conocerse hablar y poner en común”, detalla el responsable de este proyecto de Cruz Roja.

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“En este espacio presentamos el proyecto y ambas comunidades estuvieron de acuerdo en seguir adelante. Convocamos una segunda reunión en la que entre todos y todas, vamos identificando necesidades deseos y aspiraciones para mejorar la vida en el pueblo. Hemos acompañado a los dos grupos para crear una imagen representativa de su pueblo, les hemos acompañado para organizar y llevar a cabo una jornada para dar a conocer el trabajo realizado a otras personas del pueblo que por lo que sea todavía no se vean incorporados a las reuniones grupales”.

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Colectividad

“Vivimos inmersos en procesos de individualización, en un momento en el que las relaciones personales han pasado a un segundo plano desgraciadamente”, añade Escribano, “pero no podemos olvidar que somos seres sociales y que el ser humano necesita otros seres humanos, igual que un bebé necesita a sus padres para poder sobrevivir y desarrollarse, las personas necesitamos otras personas. La falta de relaciones sociales no traen más que soledad y necesidad y es que, insisto, nos necesitamos”.

“Tras la despoblación de la última mitad del siglo XX, nuestros pueblos han cambiado”, añade. “Nunca había habido tanta heterogeneidad en sus habitantes y por eso pensamos que necesitan espacio, un punto de conocernos, hablar, poner en común, colaborar, ayudarnos”.

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Elena, vecina de Tragacete

Elena es vecina de Tragacete y participa de forma activa en esta iniciativa desde su inicio y está viviendo muy de cerca este proceso. Llegó a esta localidad serrana de 268 habitantes (INE 2023) hace unos años junto con tu pareja con el objetivo de montar un negocio online. “Tras los primeros encuentros”, dice, “empezamos a tener claro cuál era el sentido de juntarnos los vecinos, de poner necesidades en común y de poder buscar ese espacio para comunicarnos. La verdad es que ha sido una experiencia diferente y creo que muy enriquecedora”.

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“Puede que no tengas muchos temas de conversación con los vecinos”, apunta esta vecina de Tragacete, “bien sea por el salto generacional o simplemente por los intereses individuales de cada uno. Puede ser no tengas cosas en común y la comunicación no fluya tanto, pero cuando se crean espacios como estos en los que generamos un foco o un objetivo común a ambos, pues sí que fluye la comunicación. Al final ese vínculo se va fortaleciendo”.

“Los vecinos son los que han hecho posible el proyecto”, apunta Escribano. “El objetivo es que la dinámica comunitaria se sostenga desde la propia comunidad. Vamos a seguir formando parte del proceso, pero como un agente social más. Nos corresponde quizá el impulso, pero no liderar cuando la propia comunidad puede hacerlo”.