Color y ruido en el entierro del Diablo Mayor de una popular fiesta de Cuenca

Cuenca

Es raro ver a la Endiablada de Almonacid del Marquesado desfilar por las calles con más de 35º C, en pleno verano, con la gente en manga corta. Esta cofradía de diablos formada solo por hombres sale a la calle los días 1, 2 y 3 de febrero para las fiestas de la Candelaria y de San Blas, patrón del pueblo. En invierno. Acompañan con sus trajes de colores y sus grandes cencerros a la espalda a las imágenes en procesión y participan en rondas por el pueblo y actos litúrgicos y tradicionales rememorando ritos ancestrales. Son fiestas de invierno, antiguas, con orígenes precristianos.

Esporádicamente se ve a la Endiablada en otros eventos. Una vez estuvieron en el popular programa de TVE Un, dos, tres… responda otra vez. En otra ocasión fueron a Fitur a promocionar la fiesta que solo dejó de celebrarse por la pandemia del covid.

Este 1 de agosto ha salido la Endiablada de Almonacid del Marquesado a la calle para dar el último adiós a su Diablo Mayor emérito, Aniceto Rodrigo, de 86 años, fallecido el día anterior. Es costumbre en este pueblo que los diablos acompañen ataviados con sus trajes y cencerros a los miembros de la cofradía en sus entierros.

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Alguien especial

Pero este sepelio ha sido especial. Aniceto Rodrigo fue Diablo Mayor durante 20 años. Ahora ocupaba ese cargo como emérito por problemas de salud y dejó el mando de la Endiablada en manos de su primo Julián Rodrigo, Pancho, el siguiente en edad. Así es. El cargo lo ocupa siempre el diablo más antiguo y suele corresponder con la edad porque acostumbran en este pueblo manchego a inscribir a los recién nacidos en la Endiablada nada más respirar. Y desde bien pequeños se les ven participar en la fiesta con sus trajes de colores y sus cencerrillos.

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“Yo soy diablo, mi padre fue diablo y mi abuelo fue diablo”, nos contaba Aniceto Rodrigo en la SER hace muchos años, quizás la primera vez que hablamos con él. Siempre lo hacíamos el 1 de febrero en el programa Hoy por Hoy Cuenca, horas antes de que la Endiablada se reúna por primera vez, a las ocho de la tarde de ese día de San Ignacio, para pedir permiso al cura y al alcalde y empezar la fiesta. Todo es un ritual.

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Rituales y curiosidades de la Endiablada, una fiesta ancestral de Cuenca

Pancho, que ha encabezado la Endiablada estos últimos años ante el estado de salud que se lo impedía a Aniceto, nos ha contado que los diablos han acompañado el féretro “desde el tanatorio a la iglesia y luego al cementerio”.

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El sonido de los cencerros

En estas ocasiones la Endiablada no acostumbra a tocar los cencerros, “solemos ir con la porra atrás para que no suenen por el luto”, dice Pancho, pero Aniceto era alguien especial y muy querido en el pueblo. “Yo le he pedido permiso a la familia para tocar los cencerros en plan de alegría, porque es triste, pero es alegre también rememorar lo que él ha hecho siempre en su honor. Y nos han dicho que sí. Le hemos dado una cencerrada en la iglesia y otra en el cementerio”.

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Una ermita

Pancho tiene en mente un proyecto que ya ha trasladado al alcalde de Almonacid del Marquesado, Álvaro Martínez Chana, actual presidente de la Diputación Provincial, “para que se levante una ermita en el lugar que, según la tradición, se encontró la imagen de San Blas en tiempos pasados, para que en agosto se haga una fiesta con la Endiablada, que vayamos a ese lugar y que, ya que en verano hay más gente en el pueblo, se pueda hacer esta fiesta también”.