Un día en la quitanieves: el duro trabajo de la limpieza de carreteras en Cuenca

Cuenca

El invierno es una época que obliga a emplearse a fondo al dispositivo de mantenimiento de carreteras. Un trabajo duro y vocacional, que cuando está bien hecho es precisamente cuando no se hace notar. Así lo ha explicado el encargado del dispositivo del gobierno regional para el noroeste de la provincia de Cuenca, David Palmero, que ha explicado en la SER cómo afrontan el día a día trabajando sobre las máquinas quitanieves.

Palmero lleva 16 años trabajando para limpiar las carreteras en la región, diez de ellos en Cuenca, y ha afrontado momentos muy duros, como el temporal Filomena, donde recuerda que tardaron tres jornadas en poder abrirse camino hasta Vellisca y Mazarulleque, ya que nevó “donde antes no había nevado”.

Sin embargo, reconoce que el momento más duro fue probablemente la nevada de 2017, que provocó la caída de numerosos árboles en la Serranía, en la zona de Masegosa o Tragacete.

El dispositivo se pone en marcha cada madrugada, alrededor de las cinco, para limpiar las carreteras que dependen del gobierno de Castilla-La Mancha. Ha reconocido que, pese a las previsiones, es difícil planificar y muchas veces juegan con la incertidumbre de lo que puedan encontrar, especialmente en las zonas menos transitadas.

Además, los cambios en la climatología también condicionan su trabajo: el hecho de que las nevadas lleguen cada vez más tarde cambia el tipo de nieve, y también afecta a la circulación en las carreteras.

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Palmero ha pedido también precaución y mucha paciencia a la hora de afrontar la circulación durante una nevada. Ha sido muy crítico con aquellos conductores que quieren ser “más listos que los demás”, o que adelantan a una quitanieves, y pueden provocar problemas.