Tainas, corrales y tinadas: un viaje al pasado de la ganadería de Cuenca

Cuenca

Las tainas son cobertizos para guardar el ganado. Así lo define la RAE. Corrales o tinadas se les dice también. Se ubican en medio del campo y se usan (se usaban, deberíamos decir mejor porque ya están casi en desuso) para guardar los rebaños durante la noche. En la provincia de Cuenca hay vestigios de centenares de ellas. Desde la empresa conquense Vestal Etnografía han llevado a cabo una investigación sobre estas construcciones ganaderas en los términos municipales de Olmeda del Rey y Las Valeras. El resultado es el trabajo titulado Tainas, biodiversidad y adaptación del que hemos hablado con uno de sus autores, Tirso Moreno, en La Memoria de la Tierra, el espacio de radio que emitimos los miércoles cada quince días en Hoy por Hoy Cuenca.

“Las tainas son esos edificios construidos a piedra seca, piedra sobre piedra, donde se guardaba el ganado con refugio incluido para el pastor”, explica Tirso Moreno. “Están divididas en tres partes: un corral descubierto, otra parte de tinada cubierta por un tejado sujetado por mahonés de troncos de sabina o de pino, y la caseta del pastor”.

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Investigación y documentación

“Con este proyecto hemos querido documentar, a través del estudio y la investigación con los agentes del territorio, y poner en valor todas las costumbres ganaderas y los conocimientos que rodean a estos edificios”, aclara Moreno. “Aunque parezcan ruinas en medio del bosque, lo que han aportado al oficio del pastor como a la economía de los pueblos ha sido enorme. Queremos acercar este patrimonio a la sociedad”.

El estudio deja unas cifras sobre el número de tainas en los dos términos municipales: 68 en Olmeda del Rey y 78 en Las Valeras. “Si fueran ermitas o palacetes serían un punto turístico fundamental”, apunta Tirso. “También se han categorizado las tainas para saber en qué punto se encuentran, la mayoría desgraciadamente en mal estado. Muy pocas hay en buenas condiciones. Además, se ha realizado un estudio bibliográfico y del entorno tanto natural como histórico y social”.

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Testimonios vivos

El trabajo sobre las tainas de Vestal Etnografía se completa con los testimonios aportados por personas vinculadas al pastoreo y a la ganadería de los propios pueblos. “Son los que han vivido en su piel el oficio”, apunta Moreno. “Además, hemos querido poner también en valor el papel de la mujer que era esencial para sustentar la profesión. Ellas conocían mejor que nadie el oficio del pastoreo”.

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El proyecto persigue unir todos los conocimientos naturales del entorno que propician que se construyan las tainas. “Una parte fundamental era el yeso que se usaba para reforzar algunas partes más endebles del edificio como dinteles o ciertos puntos de los muros”, explica Tirso, “y ese yeso se elabora en el propio pueblo. Ha sido muy interesante conocer cómo se extraía, cómo se cocía, todos los procesos”.

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Una ruta por las tainas

La llegada de la maquinaria hizo que la gente buscara trabajo en las ciudades. Poco a poco se fueron vendiendo los ganados. Los pueblos se quedaban sin gente y las tainas se fueron abandonando, se les quitaba las tejas para otras obras. El agua y el viento las fueron echando abajo. Esa es la realidad de estas construcciones.

Vestal Etnografía ha planificado una ruta autoguiada que lleva a los interesados por diferentes tainas de Olmeda del Rey “de una forma literaria, pero basada en la investigación previa para que cualquiera se anime a realizar este paseo guiado”.