RENFE, liberalización y política de precios

Albacete

El transporte ferroviario de viajeros es un servicio de interés general que es esencial para la comunidad. Es prestado por Renfe-Operadora, que es una entidad pública empresarial del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Por exigencias del Derecho comunitario, dicho servicio se presta ya en régimen de libre competencia, lo que ha supuesto la aparición de nuevos operadores en el mercado. Según el art. 62 de la ley 38/2015 del sector ferroviario, los precios por estos servicios están sujetos al Derecho privado.

En los últimos años hemos asistido a un proceso de liberalización con el objetivo último de convertir el ferrocarril en un modo de transporte competitivo y de rebajar los precios. Ya no existe el monopolio de Renfe. Han aparecido otros operadores ferroviarios, dos dependientes de compañías públicas, Avlo (de Renfe) y Ouigo (de los ferrocarriles franceses), y una enteramente privada que ha empezado a operar en diciembre de 2022, Iryo.

Por lo visto, con la entrada de estos nuevos competidores se han rebajado los precios en algunos trayectos, especialmente los que son más usados por los viajeros y los más competitivos y rentables. Son las reglas del mercado. En otros trayectos parece que no ha sucedido así. Uno podría esperar que no bajaran los precios tanto como sería deseable, pero no que estos experimenten una importante subida.

Es lo que está pasando con mis últimos viajes en Renfe. Como usuaria habitual de la línea de Albacete a Cuenca rara vez he pagado más de 16 euros por un billete. Mi sorpresa llegó el Jueves Santo cuando intenté irme a Cuenca con mis dos hijos y todos los billetes ofertados en tarifa básica pasaban de los 52 euros. Total, que mi viaje familiar a Cuenca no podía hacerlo por menos de 314 euros.

Ante la sorpresa he seguido realizando un seguimiento de estos precios, solo por curiosidad, y he podido comprobar que se están consolidando estas políticas de precios desorbitados. Salvo algún trayecto casi excepcional y a horarios siempre poco solicitados, es muy difícil encontrar billetes por menos de 43 o 52 euros en las tarifas básicas. La tarifa barata de Avlo, se oferta solo para el último viaje de la noche y por un precio que oscila entre los 25 y los 39 euros, es decir, supera con creces lo que hasta hace tan solo unos meses era el precio ordinario de los billetes. ¡Y esta es la tarifa barata!

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Por ello, en mi experiencia esto de la liberalización como política para el abaratamiento de los precios está siendo toda un falacia, al menos en el caso de Cuenca, y no acabo de entender la racionalidad de la medida ni la pretensión de Renfe.

Aunque se trata de una entidad pública empresarial que se financia con ingresos del mercado, no deja de ser una entidad de Derecho público que forma parte de la Administración del Estado, de su sector público institucional, y que, en consecuencia, comparte también sus fines de interés público. La subida de precios es una política más propia de una empresa mercantil que solo persigue el ánimo de lucro y que se aleja de lo que debería ser su objetivo: favorecer el transporte público, no solo por razones medioambientales, sino también para evitar la saturación de las carreteras y disminuir el riesgo de accidentes de tráfico.

Difícilmente se cumple así la finalidad prevista por el legislador de satisfacer las necesidades de la sociedad en el ámbito del transporte ferroviario con el máximo grado de eficacia y el de proteger los intereses de los usuarios pues, sin duda, el principal debería ser, ni más ni menos, que el de poder acceder a estos servicios a un precio asequible o razonable. Está claro que esto no se consigue duplicando o triplicando los precios de los billetes.