El vestidor de imágenes de la Semana Santa, un oficio en riesgo de desaparecer en Castilla-La Mancha

Ciudad Real

La Semana Santa es uno de los grandes reclamos a nivel turístico y económico en esta época del año. Vecinos ausentes y visitantes de otros puntos de España aprovechan estas fechas para acercarse a una tradición de mucho arraigo en la provincia de Ciudad Real. La estampa es prácticamente la misma, independientemente de la localidad que visitemos: la de unas calles absolutamente abarrotadas de fieles y curiosos que se agolpan para contemplar y disfrutar de los distintos desfiles procesionales.

Las hermandades y cofradías afrontan esta segunda semana con cierto nerviosismo, pero por encima de todo con ilusión. Se han preparado durante muchos meses para este momento del año, y hay que estar a la altura. Y las imágenes que procesionan en los desfiles, también. Es una parte indispensable de un decorado en que se cuidan los más mínimos detalles.

No resulta sencillo, eso sí, encontrar muchos ejemplos de personas que se dediquen exclusivamente a vestir imágenes de Semana Santa. Uno de ellos lo encontramos en Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Allí, Jesús Díaz Hellín y el resto de compañeros del taller elaboran y confeccionan piezas únicas para cofradías y hermandades de toda España. E incluso fuera de nuestras fronteras, como Filipinas.

Una 'especie' en peligro de extinción y poco reconocida

El oficio de bordador -o vestidor de imágenes- está en riesgo de desaparecer en ciertas comunidades autónomas de España. La excepción a esta norma la encontramos en Andalucía, donde sí que se dan numerosos ejemplos. En Castilla-La Mancha, en cambio, Jesús es una de las pocas personas que desempeñan un oficio que no tiene asegurado un relevo generacional. Un trabajo, además, poco reconocido a nivel económico teniendo en cuenta la cantidad de tiempo y esfuerzo que supone la elaboración de una sola pieza.