El Rebi Cuenca pudo disfrutar del premio de disputar la Copa ASOBAL por primera vez en su historia. Un premio a la casi perfecta primera mitad que el equipo conquense se había marcado en la primera mitad de la Liga. Deportivamente, desde que se conoció que el Barcelona sería el rival en las semifinales se sabía que no había ninguna posibilidad de llegar a la final. Y así fue. Los azulgranas mostraron su superioridad y acabaron por llevarse el partido por un contundente 41-24, pese a que los hombres de Lidio Jiménez no estuvieron mal del todo. Donde sí salió campeón Cuenca fue en las aficiones. La conquense con la Furia a la cabeza se hicieron los grandes protagonistas. Primero dando color a las calles de León en las horas previas al partido. Y luego ya con el partido en marcha sin dejar de alentar a los suyos, y con ese doble aplauso final, de la afición a los jugadores y de los jugadores a la afición. Más de doscientas personas, entre miembros de Furia Conquense y aficionados en sus coches particulares llegaron a León para presenciar la Copa ASOBAL.