El almendro de enero no llega al cesto
El cambio climático está alterando los patrones climáticos y afectando la floración del almendro en España, lo que puede tener consecuencias para los agricultores y la economía
El almendro de enero no llega al cesto - La mirada de Toledo (14/03/23)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Toledo
Eso dice el refrán, que, si florece el almendro demasiado pronto, no tendremos su semilla, la almendra. Este año la floración se está realizando en las fechas idóneas (segunda quincena de febrero). Las almendras son un alimento con un buen aporte energético, pero también son cardiosaludables al ser ricas en ácidos grasos saludables que ayudan a reducir el colesterol que denominamos malo o LDL. Además, contienen una buena cantidad de calcio, magnesio, hierro, zinc, selenio o potasio. Todos estos elementos los debemos ingerir en la dita para tener unos procesos fisiológicos adecuados.
Pero, ¿es el almendro un árbol autóctono en nuestro país? Pues no, el almendro es un árbol originario de Asia Occidental y Central. Esta especie pertenece a la familia de las Rosáceas que es capaz de crecer en una amplia gama de suelos, aunque prefiere los suelos profundos y bien drenados. En su distribución original, el almendro se encuentra en zonas áridas y semiáridas, donde las temperaturas son extremas, con veranos muy calurosos e inviernos fríos. Esta especie es capaz de adaptarse a estas condiciones gracias a su capacidad de almacenar agua en sus raíces y su tolerancia a la sequía.
En términos ecológicos, el almendro es una especie muy importante para la fauna, ya que sus flores son una fuente de alimento primordial al inicio de la primavera para insectos polinizadores como las abejas. Además, los frutos del almendro son un importante recurso alimenticio para muchas especies animales, desde roedores hasta aves.
El almendro fue introducido en Europa por los romanos que lo usaban como alimento y en la medicina. Durante la Edad Media, los árabes difundieron la cultivación del almendro en la península ibérica, donde se adaptó bien al clima mediterráneo.
Los árboles de almendro necesitan acumular un cierto número de horas de frío invernal para florecer adecuadamente en la primavera. El motivo por el que los almendros florecen tan pronto se debe a que necesitan solamente entre 300 y 500 horas de frío (menos de 7.2 ºC) y de unos determinados -pocos- días de calor durante el invierno para poder florecer.
La tendencia hacia inviernos más cálidos puede alterar la acumulación de frío invernal necesaria para la floración del almendro, lo que afecta a la fecha y la calidad de la floración. El cambio climático también puede aumentar la frecuencia de eventos climáticos extremos, como heladas tardías o sequías, que pueden dañar la floración y reducir la producción. Podemos decir que el cambio climático está alterando los patrones climáticos y afectando la floración del almendro en España, lo que puede tener consecuencias para los agricultores y la economía.
