"A mi hija le dieron una paliza y la que está encerrada cumpliendo condena es ella"
En el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar conocemos el testimonio de la madre de una víctima, natural de Toledo
"La que cumple condena es mi hija"
21:00
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Toledo
Un dato que estremece: el 25 % de los niños en edad escolar sufre o ha sufrido acoso escolar en cualquiera de sus formas. Hoy, 3 de noviembre, se celebra el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar. Como no es lo mismo contarlo que vivirlo, para profundizar en este problema, en 'Hoy por Hoy Toledo' hemos hablado con Susana. Ella es vecina del Polígono Santa María de Benquerencia y, lo más importante, madre de una preadolescente víctima de este acoso.
Insultos, burlas, acoso psicológico y agresiones físicas. No solo en el espacio educativo, sino también en el digital con suplantaciones de identidad en varias cuentas de redes sociales. Eso es lo que ha estado sufriendo su hija durante mucho tiempo, y que aun sigue perdurando. La agresión más fuerte llegó hace un año, en una de las calles del barrio, con una duración de 18 minutos -tal y como han testificado en juicio los propios agresores-. A la joven le dieron bofetadas, patadas, tirones de pelo e incluso le obligaron a beberse de un solo trago una botella de agua mientras era forzada a estar de rodillas. No contentos sus agresoras con eso, grabaron la escena y la difundieron por sus teléfonos móviles.
Tras la agresión, que sucedió en el mes de diciembre, la víctima tuvo que dejar de asistir a clase por prescripción médica. Una vez que se incorporó después de Navidad, en enero, "aunque no estaba recuperada psicológicamente", una de las agresoras volvió a amenazarle en el patio del instituto. Según cuenta esta madre, su hija y amigas acudieron a la jefatura del centro para dar aviso pero "se miró para otro lado".
Susana asegura que estas agresiones en grupo "han destrozado" la vida de su hija y al núcleo familiar en su conjunto. Tampoco entiende la actuación que han tenido los padres de las agresoras. En ningún momento ha sentido apoyo por su parte e incluso cree que "protegen" a sus hijos, en vez de corregir su comportamiento, demostrando así una tremenda "falta de principios".
Choca de esta situación que el juez ha dictado una orden de alejamiento para que las agresoras no se acerquen a la víctima pero, en cambio, no "se deja" que la acosada cambie de centro. La razón que dan es que "hay metros suficientes en el centro para que víctima y agresoras no coincidan". "Solicité el cambio de instituto y me lo han denegado porque dice el juez que 'solo hay dos agresoras' en el centro", explica Susana. La justicia, dicen, "no mira por los menores".
La víctima es víctima por partida doble. El sistema no solo no castiga a los acosadores, sino que son los acosados los que son apartados de las que deberían ser sus rutinas normales. "La que cumple condena es mi hija", dice, porque no va al instituto físico aunque sí está atendida por un aula domiciliaria pero "no son las formas". Porque, asegura esta madre, que su hija no debe estar "encerrada" porque "necesita estar con sus iguales, ir al centro, de excursión y vivir su adolescencia".