La subida de precios aún no se nota en los hábitos de consumo de los conquenses

Cuenca

Semana tras semana, desde el pasado invierno, los precios de la lista de compra van al alza. Sube la electricidad, el gas y los combustibles, sube el aceite de girasol y la leche, y todo acaba repercutiendo en otros productos. El IPC del mes de junio deja una subida del 2,2% en la provincia de Cuenca según los datos del INE. La inflación interanual se sitúa ya en el 12,6%, dos puntos y medio por encima del dato nacional que es del 10,1%. En Hoy por Hoy Cuenca hemos preguntado a consumidores y comerciantes sobre este asunto.

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La subida de precios aún no se nota en los hábitos de consumo de los conquenses

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“Yo lo noto más que nada en la luz. Comer tenemos que comer. Si necesitas algo lo compras, lo guisas y ya está. En frutas y verduras se ha notado mucho la subida de los precios. La luz está por las nubes. No puedes poner la lavadora cuando tú quieres y ahora ni el ventilador”, nos cuenta Dolores que aprovecha las mañanas, cuando hace menos calor, para salir a pasear y pasar las horas a la sombra de los parques de la ciudad de Cuenca.

En la panadería Carralero de la calle Hermanos Becerril, en el barrio de San Fernando, desde el otro lado del mostrador Laura apunta que donde más notan la subida de los precios es “en las materias primas, lo que hace que se haya encarecido todo, la harina, la sal, el azúcar, el aceite. Ese es el problema”. Una subida de precios, dice Laura, que “aún no ha repercutido en el pan, pero sí en los productos de bollería y galletas”. “Se nota en los alimentos, en la gasolina una barbaridad, en la luz, en todo”, apunta ante la subida de precios Gloria, una consumidora.

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En la carnicería Jesús Miguel Cruz nos atiende María Ángeles. “Desde febrero ha habido una subida paulatina en los precios”, nos dice. “La carne que más ha subido es el pollo, casi unos 40 céntimos por kilo, y los productos elaborados”. Mari Luz acaba de hacer la compra y reconoce la subida de precios, “se ha notado más en la fruta, en las bebidas, en las conservas”.

En la calle Sándalo nos atiende José Luis en el establecimiento Comestibles Martínez. “Ha subido todo bastante, sobre todo desde junio del año pasado cuando empezó a subir la luz. Estos cuatro o cinco últimos meses ha subido más todo en general, no es que pueda destacar un producto concreto”. Este tendero experimentado estima la subida de la fruta “en un 15 o 20%”.

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Muy cerca de la tienda de José Luis, en el restaurante Casa Mari, Félix reconoce la subida del precio de productos como “el aceite, la mantequilla los huevos, la leche o la luz que es una barbaridad”. Una subida que intentan ajustar a los precios de sus menús sin “perder ni cantidad ni calidad, dentro de lo que podemos. Intento mantener los precios pero hay algunos en los que no ha habido más remedio como las frituras por las subidas del gas y del aceite”.

Sin bajada de consumo

Laura, desde panadería Carralero, no ha notado aún una bajada de consumo ante esta subida de precios. “Sí que lo comentan los clientes, que está todo más caro, que ha vuelto a subir. De momento el consumo se mantiene. Es cierto que vendemos un producto básico como el pan, pero no hemos notado nada”.

María Ángeles tampoco ha notado un descenso de ventas en su carnicería, pero sí un cambio de hábitos. “Cuando hay subidas de precios”, apunta, “se modifica la forma de comprar porque también se cocina de manera distinta. No es lo mismo guisar que hacer a la plancha. Cuando hay un incremento de precios la gente suele cocinar más”.

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José Luis, desde su tienda de alimentación, sí apunta a que “ya se resienten las ventas”, aunque una de las causas es “el cierre por vacaciones del cercano colegio de La Paz”, apunta, pero no la única: “La gente del barrio quiere reservar, quiere tener un poco de ahorro por si acaso”.

Mari Luz está haciendo la compra y reconoce que no ha dejado de adquirir ningún producto “porque hay que comprar un poco de todo. Con la gasolina igual. El coche lo necesito todos los días. De momento no he reducido el consumo”.

Félix reconoce que en su restaurante Casa Mari “todavía no han notado una bajada de consumo. Hablando con otros compañeros coincidimos que se notará tras las vacaciones, en septiembre, con la vuelta al cole”.