“Mis compañeros nunca se sintieron en peligro, pero se produjeron unas circunstancias excepcionales que ocasionaron la crecida del río interior de cueva Vallina”: Vicent Barraquet, director de la exploración en la cavidad

Santander

El pasado domingo, de madrugada, 4 espeleólogos que quedaron atrapados en cueva Vallina (Arredondo) por la subida del caudal de agua interior conseguían abandonar la cavidad por sus propios medios. El gobierno de Cantabria había establecido un operativo de rescate por si fuera necesaria su intervención. El grupo, formado por 7 personas, tenía previsto salir de la sima el sábado por la tarde y ante el retraso “se puso en prealerta al 112 Cantabria, por si no conseguían salir”, así nos lo ha contado en Hoy por Hoy Cantabria, Vicent Barraquet, director del Grupo de Exploración Vallina.

El colectivo, formado por 63 exploradores y exploradoras, trabaja desde 2021 en el estudio de esta cavidad. “La investigación la comenzaron en 1983 nuestros veteranos del Espeleoclub Tortosa y hemos querido continuar su trabajo” nos ha relatado Barraquet que define Cantabria como “la Meca de la espeleología”.

El director de la exploración, que se desarrolla desde 2021 renovando los permisos que concede el Gobierno de Cantabria cada año, nos ha contado que se Vallina es un sistema duro, con muchos ríos y bastante hostil. “Cómo nos llama el sufrimiento, hemos querido ampliar el recorrido y el conocimiento del mundo subterráneo ahora que tenemos mucho más medios. Ya tenemos 38 kilómetros explorados” ha explicado.

Barraquet nos ha detallado que dentro de la cavidad cuentan con la logística que les permitiría estar bajo tierra más de una semana, “tenemos como un campamento base en el que podrían quedarse hasta 20 personas” .

Sobre lo sucedido el pasado fin de semana, Barraquet ha insistido en que “en ningún momento los compañeros espeleólogos se sintieron en peligro, sufrimos más lo que estamos fuera porque desconocemos lo que ha pasado, es un incidente bastante normal que lo tenemos contemplado”. En este sentido, ha añadido que los ríos Asón y Bustablado, por los que se guían para entrar en el interior de la cueva, no presentaban un caudal que hiciera presagiar que dentro subiese tanto el nivel. “Se han producido unas circunstancias excepcionales porque había mucha nieve a más de 20 kilómetros y la temperatura del suelo facilitó un rápido deshielo, además el viento del oeste que entraba a la cueva impedía el desagüe del agua que había dentro”, ha añadido.

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Los espeleólogos, que estaban explorando la cueva y elaborando cartografías, tenían previsto salir de la sima el sábado por la tarde y así se lo comunicaron al 112, por lo que el domingo por la mañana los servicios de emergencias del Ejecutivo iniciaron las movilizaciones para acudir en su ayuda; acciones que coincidieron en el tiempo con la salida de tres de los deportistas que habían conseguido cruzar el río subterráneo y dar aviso de la situación de sus cuatro compañeros.

Una vez informaron de lo ocurrido volvieron a internarse en la cueva para ayudar a sus compañeros sin éxito.

Final feliz

El operativo de rescate, coordinado por técnicos de Protección Civil y Emergencias del Gobierno, se puso en marcha pasadas las 20.30 horas. Como centro operativo se conformó un Puesto de Mando Avanzado (PMA) en la sede de la Federación Cántabra de Espeleología, en Arredondo, desde el que técnicos de rescate del Gobierno, efectivos de Cruz Roja, agentes del GREIM de la Guardia Civil y voluntarios de Protección Civil establecieron un plan de acción con tres incursiones en la cueva, las primeras para establecer un sistema de comunicaciones y una zona caliente con ropa seca y alimentos en el interior, y una tercera para llegar hasta los afectados y sacarles del punto en el que se encontraban.

No obstante, la bajada del caudal del río permitió a los cuatro espeleólogos salir de la cavidad por sus propios medios.