SER Capaces | Rodolfo Castillo: "Creí que pasaría mi vida encerrado entre cuatro paredes, y he subido al Dobra y bajado el Sella"
A los 28 años, una lesión medular le hizo pasar dos años sin salir a la calle, pero sus ganas de vivir le llevaron a adiestrar a un pastor alemán como perro de servicio para que fuera sus brazos y sus piernas
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SER Capaces | Conocemos la historia de Rodolfo Castillo
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Santander
SER Capaces es la sección del programa Hoy por hoy Cantabria en la pretendemos compartir la capacidad trasformadora que tienen las personas con discapacidad. Esta semana hemos conocido a Rodolfo Castillo. Él tiene ahora 53 años y la palabra discapacidad aparece en su vida hace 25 años.
Entonces, se encontraba en lo mejor de la vida, con 28 años, pareja, que se llamaba Elena. Pero, en un instante, todo cambió radicalmente. Un brutal accidente de tráfico le costó la vida a su novia y a él lo dejó ingresado un año entero en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo.
Como tiene movilidad en su mano derecha, esto le permite conducir su silla eléctrica, pero depende de otra persona para las acciones básicas del día a día y, además, su lesión medular le produce un intenso dolor neuropático que le deja en cama en algunas ocasiones.
Aun así, siempre se ha mantenido activo, es miembro del observatorio de accesibilidad de Cocemfe, imparte charlas de educación vial en autoescuelas, es vicepresidente de Apemev (Asociación de Monitores y educadores de Educación y Seguridad vial), y es coordinador en Cantabria de Aesleme (Asociación del estudio de la lesión medular espinal), entre otras cosas.
Dos largos años
Rodolfo recuerda que el año que pasó ingresado fue duro pero quizás lo fue más el momento de regresar a su casa, en Torrelavega. "Vivía en un sexto piso que, aunque tenía ascensor, tenía también 17 escaleras en el descansillo. Eso me impidió salir de casa durante otro año más", recuerda.
Aún así, siempre se ha mostrado positivo, focalizado en lo que tenía por delante, en vez de en lo que había perdido. "Solo manejo el brazo derecho y la gente me dice qué mala suerte tienes, ya que si movieras el brazo izquierdo podrías ser más independiente. Yo, sin embargo, les digo, que qué buena suerte tengo ya que puedo funcionar con el brazo derecho", cuenta.
Sus ganas de lograr independencia le llevaron a adiestrar a un pastor alemán que le habían regalado, Lobo, que ha sido todo un compañero de vida, su amigo, sus manos, sus piernas, una extensión de sí mismo. De hecho, la constancia de Castillo le llevó a conseguir junto a Cocemfe que el Gobierno de Cantabria regulara el acceso a espacios públicos y privados de perros de servicio para personas con discapacidad. Y es que hasta entonces, le impedían entrar con Lobo en todas partes.
Nueva etapa con Hache
Lobo falleció hace año y medio, y ahora Rodolfo está entrenando a su nuevo perro llamado Hache para que llegue a ser también un perro de servicio para él.
En SER Capaces, hemos hablado también con Ana María Riaño, una firme defensora de las intervenciones asistidas con animales. De hecho, preside la asociación UfiApettece que trabaja en este ámbito.
La mayor fan de Rodolfo
Ella es profesora de educación especial en el colegio Fernando Arce de Torrelavega desde el año 91 y es doctora en psicopedagogía, diplomada en Pegadogía Terapéutica y experta en intervenciones asistidas con animales, además de adiestradora canina.
En 2010, empezó las intervenciones en un gabinete psicopedagógico privado y, desde hace 14 cursos, lo hace en el Fernando Arce. Cuenta que los avances conseguidos en logopedia y fisioterapia son muy importantes.
Ana se declara muy fan de Rodolfo: "es la luz de muchas personas que le rodeamos, a mí la gente que me conoce sabe que tengo muy pocos ídolos, pero uno de ellos es Rodolfo. Me parece una persona muy positiva, un ejemplo de vida para todos. Y tenerle cerca te ayuda a distinguir las cosas importantes de la vida", asegura.