Una sentencia dictada en Cantabria reconoce un suicidio como accidente laboral
El hombre trabajaba en un supermercado de Santander
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Sede Audiencia Provincial Cantabria / Archivo
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Santander
Una sentencia dictada en Cantabria reconoce un suicidio como accidente laboral. Juan Manuel Bedia, tenía 53 años y el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria ha dado la razón a su mujer.
La empresa abrió un expediente a Bedia por supuesto acoso laboral y ordenó su traslado. La justicia dictamina que estos movimientos le llevaron a quitarse la vida. Es una de las pocas sentencias que reconoce el suicidio como accidente laboral.
El empleado trabajaba en un supermercado de Santander. El abogado de su viuda, José Sánchez Pérez ha relatado, en declaraciones a la Cadena Ser, que el acoso de la empresa comenzó a raíz de la denuncia, que una trabajadora, interpuso contra Bedia, por acoso laboral.
La denuncia nunca prosperó y sin embargo terminó "ahogando" a este responsable de tienda, de 53 años, al que la empresa acusó "sin pruebas". "No solo le intimidaron asegurándole que tendría consecunecias penales sino que le trasladaron de tienda. De Santander a Laredo", ha explicado el abogado de la viuda.
La sentencia recoge que “es evidente que existió una clara conexión o relación de causalidad relevante entre la acción suicida y el trabajo".
Los magistrados estiman que es “evidente” que el traslado en su puesto de trabajo es recibido como un “trato injusto”. Además, señalan que el suicidio se produce tan solo tres días antes de su incorporación a la tienda de Laredo y que la víctima había buscado en internet información sobre posibles consecuencias penales por el supuesto acoso a la trabajadora. "Una denuncia que no prosperó y que las grabaciones han demostrado que no fueron ciertas", ha aclarado José Sánchez Pérez.
"Él pensó que su vida laboral se había acabado, que su prestigio personal como trabajador se había hundido y que, de nuevo, volvía a estar fuera de la dinámica familiar y de su hija, por unos hechos que no fueron como se contaron", ha señalado el abogado que ha defendido la causa.
Sánchez Pérez ha explicado, en declaraciones a la Cadena Ser, que la denuncia de la trabajadora "nunca" estuvo justificada. "Él solo le echó en cara que no le saludara al entrar y ella se lo tomo fatal. Y la empresa utilizó ese episodio y a Bedia para trata de esconder otros conflictos laborales que no interesaban".
Es una de las pocas sentencias que reconoce el suicidio como accidente laboral y sostiende que "los problemas de índole laboral tienen una clara conexión temporal con el acto suicida"