Alternativas a las residencias: El impulso de la vivienda colaborativa en Canarias
El objetivo de este modelo habitacional es que las personas mayores tengan la posibilidad de compartir un espacio social y familiar cercano, en lugar de apostar por el entorno residencial habitual. | Canarias cuenta ya con once cooperativas de este tipo
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Viviendas colaborativas en Canarias: La alternativa real a las residencias
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Las Palmas de Gran Canaria
Las viviendas colaborativas, también conocidas como cohousing, han emergido como una alternativa real y viable frente a la residencialización de las personas mayores en Canarias. Con el objetivo de fomentar la convivencia en cooperación y combatir la soledad no deseada, el Gobierno regional ha destinado 3,5 millones de euros de fondos europeos Next Generation para financiar a las once cooperativas existentes en el archipiélago, facilitando la compra de suelo, la rehabilitación de edificios y la asistencia técnica para la creación de cooperativas. Este modelo habitacional busca no solo ofrecer un hogar, sino también generar una comunidad basada en la colaboración y el apoyo mutuo.
Aunque la mayoría de los proyectos de cohousing están dirigidos a personas mayores, también existen iniciativas intergeneracionales que integran a jóvenes y familias, sobre todo, monoparentales fomentando un entorno diverso y enriquecedor. La apuesta del ejecutivo canario por este modelo se enmarca en la reforma de la Ley de Dependencia, que busca reducir la institucionalización de los mayores y potenciar alternativas que permitan su permanencia en su entorno social y familiar cercano.
En la presentación del programa de subvenciones para el impulso de la vivienda colaborativa, el viceconsejero de Bienestar Social, Francis Candil, y la directora general de Dependencia, Concepción Ramírez, enfatizaron la necesidad de un "cambio de cultura", ya que, según Candil, "la única respuesta no debe ser la residencia". Este enfoque se alinea con la estrategia europea de favorecer la atención domiciliaria y los centros de día. "La desinstitucionalización no es sino un proceso que, tanto a nivel europeo como español, busca evitar la residencialización de las personas. Se trata de generar recursos y servicios que permitan que las personas puedan seguir siendo atendidas en su entorno de vida normal", argumenta Candil.
En Hoy por Hoy Las Palmas, representantes de algunas cooperativas expusieron que "el cohousing no es solo para mayores, también es un modelo intergeneracional que promueve la cooperación en lugar del individualismo. La soledad no deseada se considera una pandemia y este modelo puede ser parte de la solución”, como dice José Antonio García, de la cooperativa El Ciempiés, en Arucas, que está conformada por por personas de entre 38 y 78 años y su objetivo es fomentar la vida en comunidad y la autonomía personal. Su proyecto contempla 26 viviendas y espacios comunes como comedor, lavandería, biblioteca y huertos, promoviendo la autogestión participativa. “La idea es recuperar en vecindario de antaño, como una comunidad de vecinos, pero más implicada, ya que nosotros mismos somos los propios promotores”, aclara.
Óscar Méndez, de la Asociación Semilla del Norte, aclara “que esto no tiene nada que ver con pisos para estudiantes, es una opción de vivir respetando tu privacidad y compartir espacios comunes y vivencias hasta que termine tu vida, en el caso de comunidades senior”.. Esta plataforma creada en 2018, apuesta por un modelo intergeneracional basado en la autogestión, la colaboración y la sostenibilidad. Su misión es consolidar una red de viviendas colaborativas accesibles y respetuosas con el medio ambiente.
Un modelo con impacto social y sanitario
El cohousing no solo representa una solución habitacional, sino que también impacta en la salud pública. Según datos de Atención Primaria, el 80% de las visitas de personas mayores se deben a la soledad no deseada más que a enfermedades físicas. Implementar este modelo no solo alivia la carga del sistema sanitario, sino que también mejora la calidad de vida de sus residentes.
Con once proyectos en marcha y una creciente demanda, las viviendas colaborativas en Canarias representan un cambio de paradigma en la forma en que concebimos el envejecimiento y la convivencia. La apuesta por este modelo no solo desafía el concepto tradicional de residencia, sino que abre la puerta a una forma de vida más solidaria, sostenible y humana.
Financiación y proyectos de viviendas colaborativas
Las subvenciones, que pueden solicitarse hasta junio y justificarse hasta diciembre de este año, están destinadas a grupos promotores de viviendas colaborativas para facilitar la contratación de asistencia técnica, acceso a suelo o edificios, desarrollo de proyectos y adquisición de equipamiento. También se prioriza el acceso a este modelo a familias con recursos económicos insuficientes o personas en situación de vulnerabilidad.
En la convocatoria actual, se han recibido 25 solicitudes, de las cuales 10 corresponden a la isla de Tenerife y 15 a Gran Canaria. Sin embargo, el viceconsensejero señala que este fenómeno requiere mayor financiación, ya que el Estado sólo cubre un tercio de los fondos destinados a la dependencia en Canarias, mientras que la comunidad autónoma asume el 70% restante, cuando debería haber un equilibrio del 50%. "Nadie está eximiendo la responsabilidad de que tenemos que mejorar los sistemas de atención domiciliaria. Los propios servicios de cohousing deben contar con apoyo sanitario y una respuesta inmediata", concluye Candil.