La batalla de la vivienda vacacional

La ley estrella de este Gobierno entró ya en el Parlamento de Canarias. Queda ahora una tramitación que se presume complicada y no exenta de obstáculos.

La nueva norma es restrictiva y antepone el uso residencial de las viviendas al turístico. Y tiene de su lado a una parte de la sociedad canaria, la más movilizada por la masificación que, paradójicamente, coincide con la posición de los hoteleros. La proliferación de Viviendas Vacacionales resta efectivamente ventaja competitiva al alojamiento convencional, porque hay una alta, altísima demanda. Son muchos los visitantes que prefieren hospedarse en una vivienda que en una habitación de hotel. Y esta es una característica del nuevo tiempo turístico que vivimos desde inicios de este siglo.

El enfrentamiento de la Consejería de Turismo con los representantes de este subsector, la Asociación Canaria de Vivienda Vacacional, es por ello una mala noticia. Se acusan mutuamente de ningunearse y se avecina una batalla en toda regla. Otra mala noticia que no ayudará en absoluto al destino. O a que se alcance un consenso en el período de enmiendas.

La realidad es que, ya en el Parlamento, ni siquiera está claro que la norma vaya a lograr la mayoría necesaria para salir adelante.