Sobre los olvidos de Torres
El Enfoque de Francisco Pomares: sobre los olvidos de Torres
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Ayer pudo ser un día muy bueno (o un día muy malo) para el ministro Torres. El magistrado de la Sala Penal del Supremo, Leopoldo Puente, dictó un auto pidiendo a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil que emita, a la mayor brevedad posible, un informe sobre las comunicaciones telefónicas realizadas hasta el momento por los tres principales investigados de la trama Aldama: el propio empresario, el ex ministro Ábalos, y su entonces asesor Koldo García. El juez ha pedido que el informe preste especial atención a los mensajes que pudieran haberse intercambiado, desde cualquiera de los teléfonos intervenidos, entre Aldama y José Luis Ábalos o su hijo Víctor, Santos Cerdán y el ministro Torres o sus subordinados.
Pretende el instructor que Aldama aporte la relación de los pisos para encuentros con señoritas que habría facilitado a Torres, que explique si se pagó algo a las supuestas y –si así fuera- que diga quién lo hizo, quien soltó la pasta. Y esto puede ser una buena noticia (o no) para Torres, porque Aldama –inquirido por el juez- tendrá que demostrar que es capaz de aportar indicios o pruebas. Y si no lo hace, quedará por manipulador y mentiroso, que es lo que probablemente sea. Un tipo empeñado en cubrir de basura a los demás para salvarse él. O quizá esté siendo yo injusto, y Aldama sea un señor olvidadizo, que no siempre es lo mismo que un mentiroso.
Como lo es Torres, que negó primero haber hablado de negocios con nadie, luego haber intercedido por ninguna empresa, después haber tratado con Koldo, más tarde conocer a Tapia… y por último haber hablado con Aldama. Su estrategia ha sido la de negar cualquier contacto o relación con los investigados y asegurar que jamás ordenó la contratación de ninguna empresa. En fin, es lógico que se le olvide todo, si borra como el fiscal los mensajes que podría ayudarle a recordar… Pero a lo mejor es verdad que no ha mentido, que solo padece ministeriales lapsus de memoria, y que Aldama no puede ni podrá demostrar ni una sola de sus perversas acusaciones.
Aún así, un juez del Supremo quiere saber qué decía Torres en su teléfono también borrado. Debería preguntárselo. Quizá no lo haya olvidado.