Productividad subjetiva
La nirada de Marta Cantero: productividad subjetiva
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Sostienen los detractores de la reducción de la jornada laboral, que caerá la productividad. Aplican, dicen, el sentido común: a menos horas de trabajo, menos rendimiento empresarial. Pero la realidad, que es más tozuda aún que las personas, no avala esta premisa. De hecho, cuando se redujo en 1983 de 43 a 40 las horas trabajadas, en los felices años de Felipe González, la productividad aumentó un 53%. ¿Cómo fue posible?, se preguntarán los incrédulos. Pues por la sencilla razón de que no es cierto que cumplir un estricto horario de trabajo sea garantía de se está dando el do de pecho. A lo mejor ocurre, incluso, todo lo contrario: que uno deja pasar las horas mirando a los celajes hasta que le toca fichar a la salida.
La experiencia nos dice que esto de la productividad es bastante subjetivo: hay quien en dos horas hace rinde lo mismo, o más, que las seis de otro. Y es que, en torno a la productividad, circula más la demagogia que el rigor analítico. En los próximos meses veremos un pulso del empresariado al Gobierno. Pero sí, como dice la ministra Yolanda Díaz, "la reforma está ganada en la calle", los partidos se volverán muy, pero que muy calculadores, antes de oponerse a la medida. A fin de cuentas, es ya tendencia en toda Europa.