Opinión

Sobre la última del profesor García

El enfoque de Francisco Pomares: sobre la última del profesor García

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El vulcanólogo Nemesio Pérez es una eminencia en su disciplina. Eso lo sabe todo el mundo, menos el profesor García. Nemesio es además un tipo decente y amigable que nos ha enseñado mucho sobre los secretos y misterios del volcán. Al menos dos generaciones de canarios saben de qué va esto de los volcanes gracias a la vocación y dedicación pedagógica de Nemesio.

Nemesio está ahora de actualidad, porque el profesor García, haciendo honor a lo que es costumbre en él, ha decidido ponerse a administrar prestigios –una de sus aficiones confesas- y refiriéndose a Nemesio, ha dicho en sus redes -con esa superioridad híbrida de desdén y chulería que le define-, que “hay un gordo empeñado en reventar el volcán para asegurarse su puesto de funcionario”. No creo yo que uno de nuestros más reconocidos científicos necesite -para nada- defender su carrera, que es lo que sospecho ha molestado al vulcanólogo y no que el ex diputado García lo llame gordo. Nemesio está gordo, como lo estoy yo, y como lo estamos la mitad de las personas de nuestra edad, después de años de comer más de lo necesario y conveniente: gordos por ingesta, calvos por edad y con reuma por hacer poco deporte. Pero es mejor estar así, cochafiscados y poco presentables, que vivir instalados en la amargura y el resentimiento por haber dejado de pintar una mísera higa en el patio de Monipodio de nuestra política local; por no ser ya el enfant terrible y díscolo de la Universidad lagunera; el guardián de las esencias nacionalistas que jamás se atrevió a presentarse por el PNC a unas elecciones; el Premio Canarias negociado a pulso; el tipo que aceptaba presentar libros de sus colegas para luego poner a parir al autor, y después presumir de independencia crítica; el administrador de prestigios con licencia para matar; el lenguaraz malcriado que se cree con derecho a dar lecciones a todo el mundo. Cuando él no aprendió nunca una lección conveniente, que es la de tratar a los demás con una pizca de respeto, con un poco de educación. Gordo y calvo no está el émerito García, pero el tipo es un amargado.

 
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