El CD Tenerife elige creer: triunfo nutritivo y fe creciente

Santa Cruz de Tenerife

Había que seguir intentándolo y por eso el mensaje desde la posición de Álvaro Cervera era el esperado: buscar soluciones y no tirar la toalla. Ante una rival como el Castellón la gran noticia fue la vuelta del gran capitán Aitor Sanz, que se reencontraba siete meses después con el verde sumando su partido 364 como jugador del CD Tenerife. Junto al incombustible centrocampista madrileño, Bodiger y Diarra de escoltas con Waldo y Cantero en las bandas, dejando a Enric Gallego como referencia ofensiva. Tras un inicio aseado por parte de los locales, el cuadro castellonense empezó a apretar y jugar más en campo del Tenerife, provocando que el desgaste fuera creciendo al estar continuamente persiguiendo rivales. Fue en el minuto 22 cuando Cantero disparó con potencia y el balón se envenena al tocar un futbolista del Castellón, haciendo el meta Crettaz una parada sensacional y evitando el 1-0.

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Explosión de alegría en el minuto 35

Lo estaba buscando el Tenerife y encontró premio en el minuto 35 con una excelente acción de Diarra que cedió a Cantero, quien con un buen movimiento de pausa y golpeo que puso el balón lejos del portero del Castellón para adelantar al combinado tinerfeñista a 10 minutos del descanso. El partido se iba tiñendo de blanco y azul y la portería de Badía no pasó apuros hasta llegar al tiempo de descanso con la ventaja y las expectativas positivas en el bando de Cervera. Fue creciendo minuto a minuto desde el 46 el equipo y con un imperial Aitor Sanz al mando, se iba comiendo poco a poco al cuadro orellut hasta el punto de marcar el 2-0 en el minuto 59 tras gran asistencia de Mellot a Enric Gallego, que no marcaba desde finales de octubre e hizo un gol celebrado con mucha rabia por parte del delantero catalán. Movió piezas a continuación Cervera para refrescar a la tropa, saliendo del partido un brillante Alejandro Cantero en lugar de Maikel Mesa. Acabó teniendo una tarde plácida Édgar Badía para adornar de nuevo, y tras más de dos meses, una portería a cero y un triunfo vital para seguir creyendo.